Ladrar no es sinónimo de mal comportamiento; es la forma en la que los perros se expresan. Así lo recuerda la Alcaldía de Cali, que a través de la Unidad Administrativa Especial de Protección Animal (Uaepa) y su Centro de Bienestar Animal (CBA), promueve una campaña pedagógica para ayudar a los ciudadanos a entender mejor a sus mascotas y reducir los ladridos excesivos en los hogares.
Perros de las razas schnauzer, pinscher, pastor alemán o husky, son naturalmente más expresivos. Sin embargo, los ladridos pueden controlarse con paciencia, empatía y educación.
Tenga en cuenta las siguientes recomendaciones
“Hay que evitar los estímulos que generen más ladridos como sobreexcitarlos, hacer movimientos bruscos o provocar ruidos fuertes. Lo mejor es redirigir su atención: jugar con ellos, sacarlos a pasear o darles un estímulo positivo como una croqueta o galleta”, explicó Juan Esteban Herrera, médico veterinario del CBA.
Cuando los ladridos se activan por sonidos como el timbre, el especialista sugiere un entrenamiento sencillo. “Podemos pedirle a un amigo o vecino que toque el timbre y, en ese momento, darle una recompensa al perro. Así asociará el sonido con algo positivo y disminuirá su reacción”, sostuvo.
Si los ladridos son motivados por ventanas o el reflejo de sombras, se recomienda poner cortinas o persianas que cubran los destellos.
El médico veterinario invitó a la ciudadanía a ser más comprensivos con el lenguaje de los animales. “Los ladridos son comunicación, no molestia. La invitación es a ponernos en los zapatos de los tutores y también de los ‘peludos’; entender que ellos sienten, se comunican y responden al entorno como nosotros”, precisó Juan Esteban Herrera.
Porque recuperar a Cali también es cuidar y comprender a nuestros animales de compañía.
Ladrar no es sinónimo de mal comportamiento; es la forma en la que los perros se expresan. Así lo recuerda la Alcaldía de Cali, que a través de la Unidad Administrativa Especial de Protección Animal (Uaepa) y su Centro de Bienestar Animal (CBA), promueve una campaña pedagógica para ayudar a los ciudadanos a entender mejor a sus mascotas y reducir los ladridos excesivos en los hogares.
Perros de las razas schnauzer, pinscher, pastor alemán o husky, son naturalmente más expresivos. Sin embargo, los ladridos pueden controlarse con paciencia, empatía y educación.
Tenga en cuenta las siguientes recomendaciones
“Hay que evitar los estímulos que generen más ladridos como sobreexcitarlos, hacer movimientos bruscos o provocar ruidos fuertes. Lo mejor es redirigir su atención: jugar con ellos, sacarlos a pasear o darles un estímulo positivo como una croqueta o galleta”, explicó Juan Esteban Herrera, médico veterinario del CBA.
Cuando los ladridos se activan por sonidos como el timbre, el especialista sugiere un entrenamiento sencillo. “Podemos pedirle a un amigo o vecino que toque el timbre y, en ese momento, darle una recompensa al perro. Así asociará el sonido con algo positivo y disminuirá su reacción”, sostuvo.
Si los ladridos son motivados por ventanas o el reflejo de sombras, se recomienda poner cortinas o persianas que cubran los destellos.
El médico veterinario invitó a la ciudadanía a ser más comprensivos con el lenguaje de los animales. “Los ladridos son comunicación, no molestia. La invitación es a ponernos en los zapatos de los tutores y también de los ‘peludos’; entender que ellos sienten, se comunican y responden al entorno como nosotros”, precisó Juan Esteban Herrera.
Porque recuperar a Cali también es cuidar y comprender a nuestros animales de compañía.





