Andrés Julián Yatacue, profesional formado en la ESAP, murió en combate como voluntario extranjero
De los sueños de servicio público a un conflicto lejano
Andrés Julián Yatacue Collazos, un joven del Cauca, falleció recientemente en medio del conflicto armado entre Ucrania y Rusia. La noticia ha causado consternación entre sus conocidos, ya que se trataba de un profesional comprometido con su comunidad, egresado del programa de Administración Pública de la ESAP y con experiencia como funcionario en una administración municipal del norte del departamento. Lo que comenzó como un camino enfocado al servicio civil, terminó con su participación como combatiente en una guerra ajena, a miles de kilómetros de su hogar.
La decisión de partir y un destino incierto
De acuerdo con personas cercanas, Andrés Julián decidió salir del país impulsado por una mezcla de motivos personales, económicos y políticos. En su búsqueda de nuevas oportunidades y guiado por un fuerte sentido de justicia, se incorporó a uno de los centros de reclutamiento de voluntarios que apoyan al ejército ucraniano. Lo hizo sin pertenecer a fuerzas armadas formales de Colombia y sin garantías claras, como ocurre con muchos latinoamericanos que han viajado al frente de batalla bajo condiciones precarias. Su muerte, en ese contexto, deja al descubierto la compleja realidad de quienes se arriesgan en conflictos donde no tienen respaldo legal ni diplomático.
Reconocido por su compromiso social y liderazgo juvenil
En su tierra, Andrés Julián era conocido como una persona alegre, cercana y solidaria. Participaba activamente en procesos comunitarios y era recordado por su liderazgo juvenil, así como por sus posturas firmes en defensa de los derechos de los sectores más vulnerables. Sus compañeros lo describen como alguien con ideales definidos, que creía en la transformación del territorio a través del trabajo social y la educación. Aunque su partida generó sorpresa, muchos reconocen que su determinación por actuar frente a lo que consideraba injusto era parte de su forma de vivir.
Una guerra ajena que se lleva vidas propias
Su historia terminó abruptamente en una trinchera, lejos de su casa, en un escenario marcado por el sufrimiento, el fuego cruzado y el abandono. La guerra entre Ucrania y Rusia, que desde 2022 ha cobrado la vida de miles de personas, sigue atrayendo combatientes extranjeros, entre ellos latinoamericanos que llegan en busca de ingresos o guiados por convicciones ideológicas. En ese camino, Andrés Julián encontró la muerte, sin que su caso sea visibilizado por ninguna autoridad oficial, ni colombiana ni ucraniana.
Un caso que refleja una realidad poco contada
Con Andrés Julián, ya son al menos una docena de colombianos que han muerto en Ucrania, de acuerdo con cifras no oficiales recopiladas por medios y organizaciones civiles. La mayoría viajó sin respaldo institucional, enfrentando los peligros del conflicto en total vulnerabilidad. Sus cuerpos muchas veces no regresan, sus historias apenas se conocen, y sus nombres se diluyen entre los informes de guerra. El caso de este caucano, que alguna vez soñó con transformar su entorno desde lo público, revela una dolorosa realidad: la de quienes terminan peleando batallas que no les corresponden, por razones que van desde la desesperación económica hasta la esperanza de un futuro distinto.




