El Cauca sigue siendo uno de los departamentos más violentos en Colombia. En las últimas horas se confirmó una emboscada contra un vehículo adscrito a Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, (Inpec), donde viajaban cinco funcionarios y cuatro ciudadanos privados de la libertad.
En cuanto a los hechos se pudo conocer que los funcionarios del Inpec fueron atacados, al parecer por integrantes de la ‘Dagoberto Ramos’. “Eran aproximadamente las cinco de la tarde cuando un grupo de personas armadas con fusil quienes se movilizaban en una camioneta Toyota Hilux color blanco, dispararon en repetidas ocasiones contra el vehículo del INPEC de placa OOK-227, donde se desplazaban cinco funcionarios y cuatro personas privadas de la libertad”, explicó uno de los servidores en el Cauca.
Los servidores heridos son: Harold Guzmán Campo, Maricela Vega Castro y Yeison Andrés Ramírez Machuca. Los internos o presos heridos son: Samir Alexis Rivas Díaz e Iván Darío Velázquez Galeano. Según el informe de los entes competentes, estas personas presentaban heridas por arma de fuego tipo fusil en diferentes partes del cuerpo.
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Los guardias que perdieron la vida son: El inspector Óscar Darío Bravo Pasuy y el dragoneante Michel Carlosama Pechené. EXTRA Cauca en exclusiva conoció que entre los presos fallecidos se encuentra Manuel Octavio Bermúdez Estrada de 63 años, quien era conocido como ‘El Monstruo de los Cañaduzales’, famoso a nivel nacional por secuestrar niños y llevarlos posteriormente a las plantaciones de caña de azúcar para asesinarlos, torturarlos y abusar sexualmente de ellos.
Su fachada era de vendedor de helados y confesó que regalaba entre diez y quince mil pesos a los pequeños para engañarlos. Inicialmente se presumió que fueron 21 víctimas, sin embargo, con el paso del tiempo y las investigaciones se cree que en total fueron 34 niños. El modus operandi de Bermúdez consistía en utilizar un fármaco llamado lidocaína, de la familia de los anestésicos locales, para anestesiar a sus mártires.
Para ‘El Monstruo de los Cañaduzales’, los niños eran objetos de placer donde se emocionaba ver cómo se morían en sus manos y los violaba en el suceso o luego de la muerte. Finalmente, confesó el asesinato de 21 menores de edad, entre los 9 y 13 años. Su condena fue de 56 años, posteriormente reducida; se presumía que quedaría libre en el año 2026.




