Caucanos y payaneses conservan una tradición centenaria heredada de generación en generación, la cual cada año crece, y más aún, después de dos años de espera para volver a ser partícipes de estas festividades, que cada vez se consolida más la costumbre de desfilar en bloques y no en las tradicionales filas por la alta cantidad de creyentes que participaron en este homenaje al Santo Ecce Homo.
La Imagen venerada, después de la misa celebrada por el Arzobispo de la Ciudad, es una tradición que se ha convertido en uno de los fenómenos religiosos de masas más importantes del mundo. Por esta razón, los feligreses salieron a acompañar dicha celebración, sin importar las condiciones climáticas, para ellos, es de suma importancia estar en la procesión que fue dirigida hacia la iglesia de Belén.
“Es muy emocionante, se nos eriza la piel por la belleza de esta procesión, gracias a Dios, pese a los contratiempos que causó la pandemia, pudimos volver a presenciar este momento, aunque hace tres años nos acompañaban familiares que ya hoy no están porque el virus se los llevó, pero gracias a Dios tenemos la oportunidad de respirar y presenciar este tipo de eventos que son parte de nuestra cultura como payaneses”, indicó una de las asistentes.
