Desde el norte del Cauca, cuatro jóvenes universitarios se preparan para cruzar fronteras y representar a Colombia en el III Congreso Internacional de Polímeros y Alimentos, que se realizará entre el 19 y el 23 de agosto en Saltillo, Coahuila (México). Los estudiantes hacen parte de la Universidad del Valle, sede norte del Cauca, y fueron seleccionados por sus investigaciones en sostenibilidad alimentaria, con enfoque en el aprovechamiento de residuos agrícolas.
Los proyectos nacen de problemáticas identificadas en sus comunidades. En Santander de Quilichao, por ejemplo, se detectó que grandes cantidades de residuos de chontaduro terminan en la basura. Ante ello, un equipo desarrolló una propuesta para transformar estos residuos en insumos comestibles, contribuyendo así al aprovechamiento integral del fruto y a la reducción del desperdicio.
Paralelamente, otro grupo centró su trabajo en la fibra de plátano, un subproducto abundante en la zona de Silvia. A partir de saberes locales y procesos científicos, están desarrollando una harina alternativa que puede ser usada en la elaboración de productos alimenticios saludables.
El equipo lo conforman Luisa Fernanda Rengifo (Caloto, comunidad afro), Cielo Esmeralda Campo (Jambaló, pueblo Nasa), Jheiner Alexander Quelal (Taminango, Nariño) y David Velasco (Silvia, pueblo Misak). Cada uno representa no solo su región, sino también su cultura, sus raíces y el compromiso por generar impacto desde la ciencia con identidad territorial.
Aunque cuentan con respaldo parcial de su universidad, aún deben cubrir parte importante de los costos del viaje. Para lograrlo, han iniciado campañas de autogestión que incluyen rifas, eventos comunitarios y donaciones voluntarias.
Los jóvenes insisten en que su participación no solo es una oportunidad académica, sino una plataforma para reivindicar los saberes tradicionales, promover la economía circular y animar a otros estudiantes a investigar desde lo local. “Lo que hacemos nace de lo que somos, de lo que hemos vivido en nuestras comunidades. La ciencia no solo está en los laboratorios, también está en el campo y en la cocina de nuestras abuelas”, afirma uno de los integrantes.
Este viaje representa una oportunidad única para visibilizar propuestas innovadoras con enfoque comunitario, impulsadas por la juventud del suroccidente colombiano.




