La médica psiquiatra y politóloga Carolina Corcho (Medellín, 13 de abril de 1983) ha irrumpido con fuerza en la escena política colombiana. Fue ministra de Salud y Protección Social entre agosto de 2022 y abril de 2023 durante el gobierno de Gustavo Petro, y desde entonces se ha perfilado como una figura destacada del progresismo.
Actualmente, Corcho se presenta como precandidata presidencial por la coalición Pacto Histórico, siendo la única mujer en contienda en ese mecanismo interno del movimiento. Su campaña propone una renovación del petrismo desde las bases, con mayor participación popular, énfasis en la paridad de género, inclusión regional y un proyecto social de rostro progresista.
El proceso electoral interno del Pacto Histórico
El Pacto Histórico celebrará una consulta interna el 26 de octubre de 2025 para definir su candidato presidencial de cara a las elecciones generales de 2026. Inicialmente, la contienda incluía a Corcho, al senador Iván Cepeda y al exalcalde de Medellín Daniel Quintero; sin embargo, Quintero se retiró de la contienda en los días previos, lo que deja el camino abierto a un mano-a-mano entre Corcho y Cepeda.
Este mecanismo también servirá para ordenar las listas al Senado y a la Cámara de Representantes del Pacto Histórico, de modo que su impacto va más allá de escoger candidato: es parte de la reestructuración de la izquierda en Colombia.
Propuesta política y eje de campaña
Corcho ha hecho de su condición de candidata mujer, nacida en Medellín, activista de base, una parte esencial de su discurso. Según sus declaraciones, su campaña “no nace desde las élites, sino desde las bases organizadas en barrios y municipios”.
Entre sus ejes están:
- La continuidad y profundización de las reformas sociales impulsadas por el gobierno Petro, en salud, pensiones, laboral y reforma rural.
- La defensa de los mecanismos democráticos internos del partido, con especial énfasis en la paridad de género (listas “cremallera” para el Senado y Cámara) y participación ciudadana.
- Una visión internacional que reclama diversificar alianzas del país, fortalecer la soberanía y rechazar la dependencia exclusiva de Estados Unidos. En su discurso de cierre de campaña advertía que “Colombia debe promover la integración latinoamericana” y no “poner todos los huevos en la misma canasta”.
Tensiones y desafíos internos
A pesar de su perfil ascendente, Corcho enfrenta varios retos:
- Debe superar a Iván Cepeda, político de larga trayectoria dentro del petrismo, con un aparato organizado y reconocimiento.
- La retirada de Quintero evidenció fisuras internas en el Pacto Histórico, lo cual cuestiona la unidad del bloque progresista ante 2026.
- Cuestiones jurídicas: la consulta del 26 de octubre tiene implicaciones legales importantes, pues el perdedor de la contienda podría quedar inhabilitado para participar en la próxima consulta interpartidista. Corcho misma ha señalado que se trata de un proceso que requiere “reglas claras”.
- Su paso como ministra de Salud fue objeto de críticas y objeciones, sobre todo en lo relativo al estado del sistema sanitario colombiano, lo que genera focos de vulnerabilidad ante ataques políticos.
Qué está en juego
Para la izquierda colombiana, el proceso del 26 de octubre es más que una mera elección de candidato. Se trata de consolidar un proyecto político, demostrar la capacidad de movilización social y ofrecer una cara renovada que contraste con los bloques conservadores tradicionales. Si Corcho gana, podría convertirse en la primera mujer presidenta de Colombia, lo que por sí mismo carga un valor simbólico.
Por otro lado, una victoria de Cepeda implicaría mantener una línea continuista más ortodoxa dentro del petrismo, mientras que una derrota de Corcho podría relegarla a un rol secundario o de apoyo.
Conclusión
Carolina Corcho ha emergido como una figura relevante en la política colombiana: combina experiencia gubernamental (como exministra de Salud), activismo social y una plataforma que pretende articular mujeres, jóvenes, regiones y movimientos sociales. Su candidatura representa una apuesta tanto simbólica como estratégica para la izquierda: ¿será la renovación de cara al 2026? El 26 de octubre será una fecha clave, no solo para ella, sino para el futuro del oficialismo progresista en Colombia.

