El cuy, animal emblemático de la región andina, no solo representa tradición cultural y gastronómica, sino también una de las carnes más saludables que existen. Su consumo, cada vez más extendido, se valora por la calidad nutritiva que aporta a la dieta humana.
De acuerdo con estudios zootécnicos y nutricionales, la carne de cuy contiene entre un 19 % y 21 % de proteínas, superando a la de pollo y res en algunos casos. Además, se caracteriza por tener un bajo contenido de grasa y colesterol, lo que la hace más digerible y adecuada para personas con dietas especiales.
En cuanto a vitaminas y minerales, el cuy es fuente importante de:
Hierro, esencial para prevenir la anemia.
Zinc, que fortalece el sistema inmunológico.
Vitaminas del complejo B, claves para el metabolismo energético.
Más allá de lo nutricional, el cuy tiene un papel fundamental en la economía campesina de Nariño y el sur de Colombia, ya que su crianza es sencilla, de bajo costo y representa ingresos importantes para familias rurales.
En la gastronomía, platos como el cuy asado al horno o a la brasa son considerados una verdadera tradición, acompañados con papas, maíz y ají, especialmente en celebraciones familiares o festividades locales.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha resaltado al cuy como una alternativa sostenible de proteína animal en la región andina, no solo por su aporte nutricional, sino también por su eficiencia en la crianza y bajo impacto ambiental.
En Nariño, su consumo no solo mantiene viva una costumbre ancestral, sino que también promueve una alimentación más saludable y sostenible.
