Hoy, en el mundo culinario, un ingrediente inusual se ha colado en las recetas tradicionales: la Coca-Cola. Sí, como lo lees. Esta bebida carbonatada, tan conocida por su sabor refrescante, ha encontrado un nuevo papel en la cocina como ingrediente clave en la preparación de Carne con Coca-Cola. Con un toque de dulzura y un sabor único, este plato está ganando popularidad en las parrilladas y cenas familiares.
Ingredientes:
- 1 kg de carne de res (idealmente costillas o carne para guisar)
- 2 tazas de Coca-Cola
- 1 cebolla grande, picada
- 3 dientes de ajo, picados
- 2 cucharadas de salsa de soja
- 2 cucharadas de vinagre balsámico
- 1 cucharada de azúcar moreno
- 1 cucharadita de pimentón dulce
- Sal y pimienta al gusto
- Aceite para freír
Preparación:
- Preparar la carne: En una sartén grande, calienta un poco de aceite a fuego medio. Sazona la carne con sal, pimienta y pimentón dulce, y fríela hasta que esté dorada por todos los lados. Esto ayudará a sellar los jugos y darle un color espectacular.
- El toque secreto de la Coca-Cola: En una olla aparte, añade la Coca-Cola, la salsa de soja, el vinagre balsámico, el azúcar moreno, la cebolla y el ajo. Cocina a fuego medio hasta que la mezcla empiece a reducirse y se convierta en una especie de salsa espesa, con un toque dulce y ácido que hará las delicias de tu paladar.
- Cocinar la carne con la salsa: Vierte la mezcla de Coca-Cola sobre la carne en la sartén y cocina a fuego bajo durante 30-40 minutos, o hasta que la carne esté tierna y la salsa haya reducido aún más. Si lo deseas, puedes agregar un poco más de Coca-Cola si la salsa se reduce demasiado rápido.
- Servir y disfrutar: Cuando la carne esté tierna y glaseada con la salsa, retírala del fuego. Sirve caliente, acompañada de arroz, puré de papas o una ensalada fresca para equilibrar los sabores.
¿Por qué este platillo se ha vuelto tan popular?
La Carne con Coca-Cola ofrece una combinación fascinante entre lo salado, lo dulce y lo ácido. El azúcar de la Coca-Cola ayuda a caramelizar la carne, dándole una textura pegajosa y un sabor profundo, mientras que el toque de la salsa de soja y el vinagre balsámico equilibran perfectamente el dulzor. Además, la cocción lenta asegura que los sabores se impregnen bien en cada trozo de carne.
