La religión, la historia y la cultura se mezclan en un mágico paraíso.
Carmen de Apicalá, un municipio rodeado de exuberante naturaleza y un sol brillante, se destaca por la hospitalidad de su gente, que recibe al turista como parte de su comunidad. Lo que comenzó como un modesto caserío, impulsado por los señores Félix José Liévano y José María Pabón en la hacienda Guarumal, se ha transformado en una región prometedora. Con una población de 8.880 habitantes, el municipio tiene sus raíces en los antiguos indios Jaguos, pertenecientes a la tribu de los Panchos, y fue fundado oficialmente el 16 de julio de 1828.
La economía local, además de depender del turismo, también se apoya en la agricultura. La UMATA, en conjunto con otras entidades, fomenta la porcicultura, piscicultura, ganadería y cultivos como cacao y frutales. Las granjas educativas locales capacitan a los jóvenes en técnicas agrícolas, mientras que proyectos como el criadero de babillas en la hacienda Santa Bárbara impulsan la explotación de carnes y huevos, brindando alternativas económicas para los habitantes de la región.
Entre sus principales atractivos turísticos se encuentra el Santuario Nacional Nuestra Señora del Carmen, un sitio de devoción que ha atraído a peregrinos desde los inicios del municipio. El Parque Nacional del Agua, con más de 400 hectáreas de naturaleza virgen, es otro de los tesoros que ofrece Carmen de Apicalá, donde los visitantes pueden disfrutar de aguas cristalinas, aire puro y una experiencia de conexión con el entorno natural. El Monumento Caballo de Santander, en el parque principal, también es un espacio emblemático para la cultura local.
La gastronomía de Carmen de Apicalá es rica y variada, con platos tradicionales como la lechona, tamales, sancocho de gallina y fritanga, deleitando a los visitantes con sabores autóctonos. Las fiestas patronales en honor a la Virgen del Carmen, celebradas del 16 al 20 de julio, atraen a miles de feligreses cada año, quienes acuden en caravanas para rendir tributo a la patrona de los conductores, convirtiendo estas festividades en un evento religioso y cultural imperdible.




