CARLOS AMAYA SE BAJÓ DEL BUS DE LA CANDIDATURAS PRESIDENCIALES «YO NO SOY PETRISTA»

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Se queda en Boyacá: Amaya no va por la presidencia

A pocas horas del cierre del plazo legal para que los funcionarios públicos renuncien si desean lanzarse a la presidencia en 2026, el gobernador de Boyacá, Carlos Amaya, decidió no dar el salto nacional. El pasado 30 de mayo, desde su despacho, dejó claro que se queda cumpliendo su mandato con quienes “considera sus verdaderos jefes: los campesinos que lo eligieron”.

Me quedo cumpliendo y honrando la palabra con los que yo nomino mis jefes, que son los campesinos que me eligieron«, declaró de forma contundente.


Una decisión con trasfondo familiar, político y social

El anuncio no fue improvisado. Amaya confesó que el dilema fue real y profundo. Sopesó seriamente la posibilidad de una candidatura, y aunque tuvo conversaciones con el presidente Gustavo Petro, aclaró que su decisión no obedeció a presiones o pactos con el Gobierno Nacional.

No dependía de Petro mi decisión, como algunos medios lo decían. Dependía más de lo que yo represento en Boyacá, de lo que podría representar en Colombia: esa necesidad de reconciliar y unir y no de dividir«, explicó el gobernador.

Un factor decisivo fue la reciente enfermedad de su hijo menor, Benjamín, quien enfrentó una neumonia viral que lo mantuvo hospitalizado recientemente. Este hecho llevó a Amaya a detenerse, a preguntarse si valía la pena anteponer una aspiración nacional sobre su rol actual como padre, como gobernador y como figura pública que, al menos por ahora, no quiere dejar ningún compromiso sin saldar.

“Uno también tiene que tomar decisiones desde el corazón, y en el corazón mío está honrar la palabra y cumplirle a los campesinos”, dijo sin titubeos en la entrevista.


¿Amaya, con Petro? Él responde: “No soy petrista”

Amaya dejó claro que su visión política no está supeditada a ningún liderazgo personalista. Aunque ha sostenido reuniones con el presidente Gustavo Petro, enfatizó que estas han sido institucionales, no ideológicas. Lo dice sin rodeos:

“No tengo que negar a Petro porque no voté por él. Los que votaron por él y hoy dicen que no son, pues tendrán que explicar sus razones. Yo voté por Rodolfo Hernández”.

Rechazó cualquier intento de vincularlo directamente al Pacto Histórico, subrayando que su postura es de centro político, construida desde el territorio y en función de las necesidades reales del pueblo.

“No soy petrista. Yo creo en una política que no esté supeditada al personalismo”, afirmó tajante.


Lo que viene: trenes, educación y transformación del campo

Más allá del anuncio sobre su permanencia, Amaya dejó clara su hoja de ruta para los próximos meses: proyectos que, según dice, son el verdadero motivo por el que se queda. Entre ellos destaca:

  • El tren de mediana velocidad entre Bogotá y Sogamoso.
  • Universidades regionales en Puerto Boyacá, Suatá, Moniquirá y Muso.
  • Titulación de predios campesinos.
  • Impulso de la energía solar en Boyacá como potencia de sostenibilidad.

“Estoy sacando adelante universidades en Puerto, Suatá, Moniquirá y en Muso. La idea es que la educación llegue a cada rincón del departamento”, señaló.

También reafirmó su intención de apostar por una Boyacá verde, productiva e interconectada, posicionando al departamento como motor de desarrollo nacional desde las regiones.


¿2026? El centro político todavía respira

Aunque descartó su candidatura para el 2026, Amaya no le cerró la puerta a un proyecto político más amplio desde el centro. Cree que Colombia necesita reconciliación y liderazgos que construyan puentes y no trincheras.

“Este país necesita reconciliarse. Líderes que tiendan puentes. Yo creo que una candidatura de centro, respaldada por la base social del progresismo, puede ganar la presidencia y hacerle mucho bien a Colombia”.

Lamentó, eso sí, el distanciamiento de figuras como Claudia López del Partido Verde, a quien consideraba una candidata natural del centro.

La decisión está tomada. Carlos Amaya seguirá siendo gobernador de Boyacá y no entrará en la carrera presidencial del 2026. En tiempos donde la política se vive más desde el cálculo que desde la palabra, su postura —gusten o no sus ideas— marca un precedente de coherencia. No es petrista, dice él. No es oposición, tampoco. Está donde lo eligieron: en Boyacá, cumpliendo, según sus palabras, con quienes llama sus verdaderos jefes: los campesinos.


Rumores, críticas y una lectura política desde la base boyacense

Aunque la declaración de Amaya fue clara y se sustentó en compromisos con su familia, el departamento y su propia conciencia, en Boyacá no faltaron los rumores ni los análisis alternativos. Varios sectores de la ciudadanía coincidieron en que la decisión pudo haber sido también un acto de inteligencia política, una lectura táctica ante la incertidumbre de una contienda presidencial en 2026 que ya asoma nombres fuertes y alianzas inesperadas.

Hay quienes señalan que Amaya supo leer el panorama con sensatez, evitando lo que muchos llaman «quemarse» en una campaña incierta, donde no está claro si habría tenido la fuerza suficiente frente a otros aspirantes nacionales con más maquinaria, visibilidad o respaldo político.

En palabras coloquiales de algunos sectores del electorado, “mejor que empiece por cumplir aquí”, refiriéndose al mandato que los boyacenses le confiaron con su voto. De hecho, hay quienes recuerdan que no solo debe gobernar para quienes lo eligieron, sino también para quienes no lo hicieron, porque todos hacen parte del mismo territorio.

Así como muchos ciudadanos apoyan y defienden la gestión de Amaya, hay otros que cuestionan el cumplimiento de sus promesas, su estilo de gobernar o incluso su exposición mediática. Por eso, voces críticas recalcan que antes de aspirar a cargos mayores, debe demostrar con hechos —no discursos— que sí puede transformar el departamento.



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