Capturaron a policías en Pasto y Palmira por secuestro y tortura

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La ciudad de Pasto en el departamento de Nariño y Palmira, Valle fueron escenario de las capturas de tres miembros activos de la Policía Nacional, señalados de haber participado en la comisión de varios delitos. Las detenciones se efectuaron tras una decisión judicial que revocó su libertad y ordenó medida de aseguramiento intramural mientras avanza la investigación en su contra.

Las aprehensiones se llevaron a cabo en las últimas horas gracias a operativos coordinados entre el Cuerpo Técnico de Investigación, CTI de la Fiscalía General de la Nación y la Seccional de Investigación Criminal, Sijín, en los que fueron capturados el subintendente William Andrés Rayo Jiménez y los patrulleros Gilmar Steven Portocarrero Mosquera y Mayra Alejandra Toledo Hurtado, quienes deberán responder por los delitos de tortura, secuestro y falsedad ideológica en documento público.

Según confirmó la entidad encargada de adelantar las investigaciones en contra de los tres sujetos, los capturados serán trasladados a la cárcel de la Policía en Facatativá, Cundinamarca donde permanecerán privados de la libertad mientras se adelanta el proceso judicial.

Los hechos por los cuales se les investiga ocurrieron el pasado 3 de marzo de 2024, en el municipio de Bolívar, Valle del Cauca. De acuerdo con las pruebas recolectadas, los uniformados, adscritos a la estación de policía local, habrían retenido de manera injustificada a un ciudadano, a quien sometieron durante más de 12 horas a agresiones físicas sistemáticas dentro de las instalaciones policiales.

El relato de los hechos es alarmante: la víctima fue conducida a la estación, donde fue reducida sin justificación legal y posteriormente golpeada en repetidas ocasiones, dejándola en un estado de salud crítico. A pesar de la gravedad de las lesiones, los funcionarios consignaron en el libro de población de la estación que el ciudadano había salido del lugar «en buenas condiciones».

Sin embargo, la evidencia médica desmintió esta versión ya que familiares del afectado, al encontrarlo en estado crítico, lo trasladaron al hospital local, desde donde fue remitido a una unidad de cuidados intensivos. Allí se presume que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente para extraerle el bazo, afectado por los golpes recibidos durante la detención.


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