El Monstruo de Caños Negros, un temido violador y asesino en serie, ha sido el centro de atención en el Meta, Colombia, tras la captura de Rubén Villalobos Herrera. Este individuo es responsable de una serie de crímenes atroces que han aterrorizado a mujeres mayores en la región. Crímenes y Sobrevivientes La historia comenzó el 12 de septiembre de 2016, cuando Teresa, una mujer de 68 años, fue brutalmente golpeada y abusada sexualmente cerca de Villavicencio. Tras permanecer inconsciente durante tres días en un área boscosa, logró llegar a una vía principal para pedir ayuda. Las autoridades confirmaron que presentaba síntomas de haber sido abusada y que su caso era único hasta ese momento en la región. La investigación se intensificó tras el testimonio de Teresa, quien proporcionó un retrato hablado del agresor. Esto llevó a las autoridades a revisar más de 2,000 casos de abuso sexual en Villavicencio, donde encontraron patrones similares en otros dos casos entre 2008 y 2012. Modus Operandi y Captura El modus operandi del Monstruo de Caños Negros consistía en abordar a sus víctimas con la excusa de transportarlas en su motocarguero. Las víctimas eran generalmente mujeres mayores, y los ataques se realizaban en lugares remotos. En marzo de 2017, otra mujer llamada Yineth fue atacada bajo circunstancias similares. Ella logró sobrevivir y también identificó al agresor. La investigación llevó a los detectives a descubrir otros homicidios no resueltos en la misma área, lo que llevó a la conclusión de que estaban tratando con un asesino en serie. Finalmente, un testigo clave identificó a Villalobos Herrera como el responsable. Condena y Justicia Rubén Villalobos fue capturado el 1 de junio de 2017 y, aunque inicialmente se declaró inocente, se encontraron pruebas que lo incriminaban. En un acuerdo con la Fiscalía, confesó ser responsable del asesinato de dos mujeres y los abusos sexuales cometidos contra Teresa y Yineth. En 2018, fue condenado a 32 años de prisión. Este caso ha resaltado la vulnerabilidad de las mujeres mayores en el Meta y ha generado un llamado a las autoridades para mejorar la seguridad y protección para este grupo demográfico. La historia del Monstruo de Caños Negros es un recordatorio escalofriante del peligro que enfrentan muchas mujeres en situaciones similares.




