En el departamento de Nariño, un operativo adelantado por la Armada Nacional de Colombia permitió que se lograra interceptar una embarcación en altamar, en la cual viajaban tres personas: dos colombianos y un ecuatoriano en la cual transportaban un cargamento ilegal compuesto por 1.383 kilogramos de clorhidrato de cocaína, una cantidad alarmante de 208 aletas de tiburón y equipos de comunicación de alto nivel, los cuales estarían destinados a Centroamérica.
Según el capitán de corbeta Camilo Larrota, comandante de la Estación de Guardacostas de Buenaventura, la interdicción se llevó a cabo luego de que un buque de la Armada detectara una motonave con un comportamiento irregular. Ante esto, una Unidad de Reacción Rápida se dirigió al punto para inspeccionar la embarcación.
Durante la operación, las difíciles condiciones climáticas en la zona causaron fisuras en la estructura de la motonave, lo que provocó su hundimiento. No obstante, gracias a la rápida intervención de las autoridades, los tres tripulantes fueron rescatados con vida y el material ilegal fue recuperado en su totalidad. Entre los hallazgos más preocupantes se encuentran las 208 aletas de tiburón, lo que sugiere que, además del tráfico de drogas, se estaba llevando a cabo un posible caso de tráfico ilegal de especies.
Esta práctica, que afecta de manera grave a las poblaciones de tiburones, representa una amenaza para los ecosistemas marinos, ya que muchas especies de tiburones se encuentran en peligro de extinción debido a la pesca indiscriminada por la demanda de aletas.
Tras su captura, los tres individuos fueron puestos a disposición de la Fiscalía General de la Nación, quien llevará a cabo el proceso judicial correspondiente. Las aletas de tiburón, por su parte, fueron entregadas a la Corporación Autónoma Regional de Nariño (Corponariño), la entidad encargada de la protección del medio ambiente en la región, que se encargará de la disposición legal de este material, contribuyendo así a la preservación de la fauna marina.
La captura de estos criminales y el decomiso de su cargamento es, por tanto, un golpe contundente contra el narcotráfico y la pesca ilegal, pero también un recordatorio de los desafíos que enfrenta Colombia en su lucha por erradicar este tipo de delitos.
Este operativo resalta no solo los esfuerzos de la Armada Colombiana en la lucha contra el narcotráfico, sino también su compromiso con la protección ambiental. La Armada reiteró su intención de continuar con los operativos de control en las aguas internacionales, a fin de fortalecer la seguridad marítima y hacer frente a delitos que afectan tanto el bienestar social como el ecosistema.
