La tranquilidad en la frontera se rompió con una ráfaga de disparos. El Puente Internacional de Rumichaca, paso fronterizo entre Colombia y Ecuador, se tiñó de sangre tras una violenta acción criminal que dejó cinco personas muertas, entre ellas un adolescente de 17 años. Hoy, la Fiscalía General de la Nación confirmó que el presunto responsable ya fue asegurado en centro carcelario.
Se trata de Jhon Keiner Michael Pérez Tovar, ciudadano venezolano, quien según las autoridades habría participado directamente en la masacre ocurrida el pasado 27 de noviembre de 2024, en el sector conocido como Voladero, zona limítrofe con Ecuador.
Investigación
Las investigaciones señalan que Pérez Tovar, en compañía de otro hombre armado, habría llegado hasta el lugar donde un grupo de personas departía tranquilamente y, sin mediar palabra, abrió fuego indiscriminadamente. El ataque fue fulminante: dos ciudadanos murieron de inmediato en el sitio y tres más, gravemente heridos, fallecieron cuando eran trasladados a un centro asistencial.
Entre las víctimas se encontraba un menor de edad, hecho que ha causado aún más indignación y dolor en la comunidad ipialeña. “No hay derecho, esto es una barbarie. Ya ni en la propia frontera se puede estar en paz”, expresó entre lágrimas un testigo que presenció la sangrienta escena.
Crimen
La captura de Pérez Tovar se llevó a cabo en el barrio La Laguna de Ipiales, gracias a un operativo conjunto entre la Policía Nacional y la Fiscalía. En audiencia, un fiscal de la Dirección de Apoyo Territorial (DAT) presentó los elementos probatorios que lo señalan como coautor del crimen y le imputó los delitos de homicidio agravado y fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones.
Aunque las pruebas en su contra son contundentes, el procesado no aceptó los cargos. Aun así, deberá cumplir medida de aseguramiento en centro carcelario mientras avanza el proceso. Por este mismo crimen ya había sido acusado otro hombre, quien presuntamente actuó como su cómplice durante la ejecución del ataque.
Este hecho violento no solo dejó cinco familias destruidas, sino que también expuso la crudeza del accionar de grupos armados y estructuras criminales que buscan el control de la frontera. Rumichaca, históricamente visto como un símbolo de unión entre dos países, hoy es recordado como el escenario de una masacre que estremeció a toda la región. Las autoridades insisten en que no descansarán hasta llevar a todos los responsables ante la justicia. Mientras tanto, la población fronteriza exige mayor presencia del Estado y medidas efectivas que devuelvan la seguridad a un territorio golpeado por el miedo y la violencia.
