La reciente captura de Víctor Humanio Lever Duke, alias «Tico», considerado uno de los capos emergentes más poderosos del narcotráfico en Colombia, destapó una red de operaciones ilícitas que se camuflaban bajo la fachada de negocios legales en sectores como transporte, ganadería y comercio internacional. Las autoridades colombianas, en coordinación con agencias de inteligencia de Estados Unidos, lo señalan de liderar una organización que enviaba toneladas de cocaína desde el Caribe colombiano hacia Centroamérica y México, con escala en Panamá y Honduras.
Además del pedido de extradición por parte de una corte del estado de Florida, se reveló que «Tico» habría acumulado una fortuna de más de 80 millones de dólares mediante el lavado de activos en sociedades ficticias registradas en zonas francas. Su estilo discreto, alejado del perfil tradicional de otros capos, le permitió evadir a las autoridades por casi una década. La DEA calificó su arresto como un golpe estratégico, ya que desmantela una estructura clave en la logística del narcotráfico internacional que operaba con vínculos en al menos cinco países.




