En un operativo estratégico llevado a cabo el 28 de agosto, la Policía Nacional, con el respaldo de la Secretaría de Seguridad de Itagüí, logró la captura de Juan Camilo Jaramillo, alias Bola, señalado cabecilla del denominado grupo delincuencial “Yarumito” en el sur del municipio antioqueño. Sobre él pesaba una recompensa de hasta 13 millones de pesos por información que facilitara su captura.
Trayectoria criminal y modalidad de operación
Alias “Bola” era el cerebro de una red dedicada al microtráfico en varias “plazas de vicio” de barrios como Yarumito, San Pío X, Guamalito y La Independencia. Según las autoridades, coordinaba tanto la distribución de drogas como el recaudo de las ganancias, estimadas en más de 6 millones de pesos diarios.
Además, tenía antecedentes judiciales y condenas por concierto para delinquir agravado, tráfico, fabricación o porte de estupefacientes, y una orden vigente por violencia intrafamiliar contra su compañera sentimental.
La historia que captó la atención pública
Lo que añadió un componente humano y llamativo a esta historia fue un episodio ocurrido en 2024, cuando su madre, Sandra, y su hermano, Johan, fueron detenidos durante un allanamiento en el barrio La Finquita. En esa acción policial se incautaron 600 dosis de droga, un silenciador para arma de fuego y máquinas para armar cigarrillos artesanales.
Poco después de la detención, “Bola” utilizó sus redes sociales para expresar un mensaje que causó revuelo: “Mi vieja, mi vieja. Perdón”, dirigido a su madre. Esa publicación escaló su caso más allá de lo netamente policial, al hacerlo viral por el contraste entre el crimen organizado y el dolor familiar.
El operativo y sus implicaciones
El arresto se logró tras labores de inteligencia y denuncias ciudadanas que permitieron ubicarlo en el sector de Ditaires, barrio Las Margaritas. Intentó evadir el cerco policial, pero fue interceptado y detenido. Tras verificar sus antecedentes, se confirmó la orden judicial vigente y su rol dentro de la estructura criminal.
Con su captura, las autoridades destacan el debilitamiento de una red que operaba con alta rentabilidad criminal y la continuidad de una ofensiva consistente contra los microtráficos en la región. “No damos tregua a la delincuencia”, declaró el secretario de Seguridad de Itagüí.



