Alias Cheli y alias Toro financian con cocaína a las disidencias de Iván
Mordisco.

Sus operaciones superan las cinco toneladas de droga enviadas cada
mes a carteles de México y Centroamérica.
Un reciente informe de inteligencia reveló detalles inéditos sobre dos
narcotraficantes que han logrado permanecer en las sombras mientras consolidan
un emporio criminal en el Cauca. Se trata de alias Cheli y alias Toro, hombres de 35
y 40 años respectivamente, quienes pasaron de ser pequeños traficantes de
marihuana en el norte del departamento a convertirse en grandes proveedores de
cocaína para organizaciones internacionales.
Según los reportes, ambos capos se han convertido en piezas clave del andamiaje
criminal de las disidencias de las FARC comandadas por alias Iván Mordisco. Sus
operaciones alcanzan una magnitud preocupante: más de cinco toneladas de droga
son enviadas cada mes hacia Centroamérica y México, donde terminan en manos
de carteles como el de Sinaloa, el CJNG y la Nueva Familia Michoacana.
Las ganancias millonarias de este negocio ilícito han sido camufladas mediante un
complejo sistema de lavado. Con testaferros, registros falsos y empresas de papel,
Cheli y Toro han adquirido fincas, ganado, balnearios y vehículos de carga,
construyendo un emporio oculto que no solo financia sus lujos, sino que además
sostiene las operaciones armadas de Mordisco.
Las autoridades sostienen que los dos hombres aportan de manera directa armas,
fusiles, explosivos y equipos de comunicación a las disidencias, recibiendo a cambio
protección en sus cristalizaderos y rutas de narcotráfico. De esta forma, se
consolidaron como aliados estratégicos de la estructura armada que mantiene en
zozobra al suroccidente colombiano.
Pese a que existen fotografías, huellas dactilares y seguimientos de sus
movimientos, las verdaderas identidades de estos capos continúan siendo un
misterio. De hecho, líneas de investigación apuntan a que habrían pagado sumas
millonarias para desaparecer de las bases de datos oficiales de la Registraduría,
dificultando así su judicialización.
Los intentos de captura tampoco han tenido éxito. Cheli y Toro cuentan con una red
de informantes que los alertan sobre operativos de la Fuerza Pública, lo que les ha
permitido mantenerse en libertad y reforzar su posición como financistas de la
criminalidad.
Actualmente, se estima que son ellos quienes negocian directamente con Mordisco
las condiciones para garantizar la continuidad de sus negocios, fortaleciendo un
engranaje que combina narcotráfico, violencia y control territorial.
El hallazgo de inteligencia constituye un nuevo reto para las autoridades, que
deberán redoblar esfuerzos para lograr la captura de estos hombres invisibles que
mueven los hilos de una maquinaria criminal con tentáculos internacionales.
Pie de página: Iban Mordisco, líder de las disidencias.




