Caos vehicular y tensión en peaje 

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Los viajeros viven una pesadilla en su retorno a Bogotá.

 Las últimas horas de este festivo, tradicionalmente una de las épocas más álgidas de retorno a la capital colombiana, se convirtieron en una verdadera pesadilla para los viajeros que intentaban regresar a Bogotá. A través de múltiples reportes en redes sociales, cientos de conductores informaron sobre las interminables filas y represamientos que se presentaron en la principal vía que conecta la ciudad con el sur del país, especialmente entre Fusagasugá y Silvania.

Video del momento del caos: https://www.facebook.com/share/v/1A9iBuMcZe/

Uno de los puntos más críticos fue el peaje de Sibaté, en donde la situación alcanzó su punto máximo de tensión. Después de horas de largas filas, los conductores comenzaron a expresar su descontento de manera visible, exacerbados por la lentitud del proceso de cobro. Lo que parecía un escenario común en horas punta de un fin de semana festivo, se transformó en una explosión de rabia cuando un grupo de viajeros, visiblemente exhaustos, decidieron tomar medidas drásticas.

Medidas

Cansados de esperar y al borde de la desesperación, un grupo de conductores decidió actuar. En un gesto de inconformidad, levantaron las talanqueras del peaje y permitieron el paso libre de vehículos. La acción se produjo tras un intento por parte de las empleadas del peaje de bloquear el paso para evitar que los vehículos se desviasen sin pagar el peaje correspondiente. Sin embargo, la determinación de los viajeros prevaleció, y tras varios minutos de tensión, los vehículos pudieron seguir su camino sin cumplir con el pago.

Este incidente, que rápidamente se viralizó en las redes sociales, refleja la creciente frustración de los usuarios con la situación de los peajes en la región. Muchos señalan que el proceso de cobro es ineficiente y excesivamente lento, lo que no solo retrasa el tránsito, sino que aumenta los niveles de estrés y descontento en los viajeros.

Por su parte, los viajeros exigen respuestas claras y efectivas. No solo se trata de mejorar la infraestructura de los peajes, sino también de optimizar los procesos para evitar que situaciones como la vivida el día de ayer se repitan, generando un clima de tensión y frustración innecesarios.

Lo ocurrido en el peaje de Sibaté no es un incidente aislado, sino que es un reflejo de un problema estructural que afecta a miles de usuarios diariamente. Mientras tanto, los viajeros siguen esperando una solución que les permita tener una experiencia más fluida y menos estresante en su paso por estas importantes arterias viales, especialmente en días de alto tránsito. La hora de la reforma parece haber llegado, y los ciudadanos piden, con urgencia, una respuesta.


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