El conflicto, que ocurrió tras la final de la segunda temporada del reality, enfrentó a fanáticos del ganador, Andrés Altafulla, y de la subcampeona, Melissa Gate, dejando un saldo de daños materiales y una ciudad conmocionada.
La tensión comenzó cuando se anunció que Altafulla, participante que ingresó en la novena semana, ganó con el 51,84% de los votos frente al 44,81% de Gate. La polarización entre los «fandoms» ya era evidente en redes sociales, donde los seguidores de Gate, liderados por figuras como Juanita Pérez, cuestionaban la legitimidad del triunfo, alegando favoritismos y un supuesto apoyo de la familia Char y futbolistas reconocidos. Por su parte, los partidarios de Altafulla, como Carlos Gómez, celebraban con pancartas y cánticos, pero pronto la euforia derivó en provocaciones.
Testigos reportan que los insultos escalaron a agresiones físicas alrededor de las 10:00 p.m. Cientos de personas, congregadas en la avenida, comenzaron a arrojarse botellas, piedras y, según algunos, incluso armas blancas. Videos compartidos en redes muestran a seguidores de Gate intentando huir en «chivas rumberas» mientras eran perseguidos. “Fue aterrador, parecía una batalla campal”, relató María López, una transeúnte. La seguridad privada de RCN, superada por la multitud, no pudo contener la situación, y la Policía, junto con el Esmad, intervino para dispersar a los agresores.
No se reportaron heridos graves ni detenciones, pero vidrios rotos y daños en vehículos evidenciaron la intensidad del enfrentamiento. Los finalistas, resguardados en la casa estudio, no emitieron comentarios inmediatos, aunque «el negro Salas» confirmó en redes que todos estaban a salvo. Las autoridades revisan grabaciones para identificar responsables y evaluar posibles cargos por daños a la propiedad.
