Con un creciente malestar ante lo que consideran un abandono sistemático y maltrato institucional, comerciantes de la plaza de mercado del sur de Tunja convocaron una marcha para este jueves 12 de junio, a partir de las 9:00 a.m. La movilización iniciará en la imagen de la Virgen, ubicada al interior del centro de abastos, y culminará en la plaza de Bolívar, frente a la Alcaldía.
Convocatoria
La convocatoria, liderada por vendedores afectados, tiene como objetivo denunciar una serie de presuntas irregularidades en la administración del espacio, que incluyen desalojos sin previo aviso, cobros ilegales y deterioro de la infraestructura sin respuesta efectiva por parte del consorcio operador ni de la administración municipal.
Uno de los puntos más sensibles de la protesta gira en torno al trato hacia adultos mayores, quienes aseguran haber sido expulsados injustificadamente. “Les dicen que ya están muy viejos para trabajar, como si no tuvieran derecho a ganarse la vida dignamente”, denunció Laura Silva, concejal de Tunja.
Los señalamientos también apuntan directamente contra Luis Aponte, administrador de las plazas, acusado de exigir pagos no autorizados para permitir la permanencia en los puestos. Según Silva, el propio funcionario habría admitido tales prácticas, consideradas por los comerciantes como extorsivas.
A esto se suman quejas por el mal uso del presupuesto. Mientras se invirtió en cerramientos exteriores, los pisos, techos y redes sanitarias siguen en estado crítico, generando afectaciones tanto para los vendedores como para los compradores. La falta de mantenimiento ha sido reiteradamente advertida, sin que se tomen correctivos.
Los vendedores exigen al gobierno local hacer valer el reglamento que rige el funcionamiento del mercado y revisar el contrato con el consorcio, que, según denuncian, no ha cumplido con la inversión del 6 % de sus ingresos en mejoras. Aseguran que las condiciones actuales han creado un entorno de presión económica y afectación psicológica, especialmente hacia los sectores más vulnerables.
En respuesta a la situación, se conformó una veeduría ciudadana con el fin de vigilar la gestión del operador y exigir transparencia. Para los comerciantes, la plaza representa mucho más que un espacio de trabajo: es un emblema de la identidad tunjana y un nodo esencial en la economía regional.




