Varios jugadores de la selección argentina, entre ellos Rodrigo De Paul, expresaron su descontento públicamente por las condiciones de la cancha en Venezuela, que se encontraba repleta de agua durante el partido disputado. Las intensas lluvias previas al encuentro afectaron gravemente el estado del campo, dificultando el desarrollo del juego.
De Paul y otros integrantes del equipo argentino señalaron que el mal estado del terreno de juego no solo comprometió el rendimiento de los jugadores, sino que también puso en riesgo la integridad física de los atletas. A pesar de los esfuerzos de ambos equipos por adaptarse a las circunstancias, las condiciones fueron un factor determinante en el transcurso del partido.
La situación ha generado un debate sobre la importancia de mantener adecuadamente los estadios, especialmente en eventos internacionales. Los jugadores esperan que se tomen medidas para garantizar que futuras competiciones se realicen en condiciones óptimas.
