La Ruta 45 se convirtió en escenario de una manifestación que refleja el cansancio acumulado de las comunidades rurales del sur del Huila. Campesinos de cinco veredas, ubicadas sobre el corredor que conecta a Pitalito con Timaná, salieron a las vías para exigir soluciones ante el grave deterioro de la carretera, cuyo mal estado ha dificultado durante meses la movilidad de productos agrícolas, estudiantes y trabajadores.
“Nos cansamos de esperar promesas”, expresó con firmeza Juan Camacho, vocero de los manifestantes. Según el líder, los constantes huecos, deslizamientos y falta de mantenimiento han convertido el recorrido diario en una odisea. “Nuestros productos se dañan en el camino y los niños llegan tarde al colegio. No se puede seguir viviendo así”, enfatizó.
Propósito
La protesta, que se desarrolló de manera pacífica pero contundente, incluyó el bloqueo parcial de la vía como medida de presión para llamar la atención de las autoridades. Los manifestantes aseguran que en múltiples ocasiones han radicado peticiones ante la Alcaldía de Timaná, la Gobernación del Huila y la Concesionaria Ruta al Sur, sin recibir respuestas concretas.
“Cada vez que llueve, quedamos incomunicados. Los carros se atoran, las motos se caen y los campesinos terminamos cargando los bultos al hombro”, denunció otro de los participantes, evidenciando el abandono estatal que afecta a cientos de familias en esta zona productiva.
Compromisos
La presión social surtió efecto. Representantes de la Concesionaria Ruta al Sur llegaron hasta el punto de concentración y sostuvieron un diálogo con los líderes comunitarios. Durante el encuentro, la empresa se comprometió a realizar intervenciones inmediatas en los tramos más críticos, garantizando labores de parcheo y nivelación de la vía mientras se gestionan obras estructurales.
Sin embargo, los manifestantes se mantienen escépticos. “No es la primera vez que nos prometen arreglar, pero las máquinas aparecen un día y desaparecen el siguiente. Queremos soluciones de fondo, no pañitos de agua tibia”, reiteró Camacho.
Una deuda con el campo
El estado de la infraestructura rural en el sur del Huila sigue siendo una herida abierta. Los habitantes de estas veredas, que sostienen gran parte de la economía agrícola regional, afirman que las malas vías encarecen los costos de producción, limitan el acceso a servicios de salud y educación, y ponen en riesgo la seguridad vial.
Mientras tanto, el compromiso asumido por la concesionaria será evaluado por la comunidad en los próximos días. Los líderes advirtieron que, de no cumplirse los acuerdos, volverán a las calles con nuevas jornadas de protesta.
La jornada terminó sin enfrentamientos, pero con un mensaje claro: los campesinos del Huila no están dispuestos a seguir soportando el olvido estatal ni el abandono vial que amenaza su dignidad y su sustento.




