En una preocupante situación en el municipio de Anorí, Antioquia, un campesino resultó gravemente herido por un artefacto explosivo mientras realizaba sus actividades cotidianas en un terreno ubicado entre las veredas Tenche Abajo, Usura y Tocamocho. Este incidente ha encendido las alarmas en la región debido a la presencia de minas antipersonal, que continúan afectando a la población rural en medio de la confrontación de grupos armados por el control del territorio.
El campesino sufrió heridas graves en varias partes de su cuerpo y, tras el accidente, fue trasladado de inmediato al casco urbano por bomberos locales. Fue ingresado al hospital San Juan de Dios, donde recibió atención médica urgente. Este hecho resalta la creciente preocupación por los riesgos que enfrentan las comunidades rurales en el Nordeste de Antioquia, especialmente en áreas donde se han reportado enfrentamientos entre grupos armados ilegales.
José David Hernández, representante legal de la Asociación de Campesinos del Norte y Nordeste de Antioquia, expresó su preocupación y subrayó la importancia de garantizar la seguridad de los campesinos en las zonas afectadas por minas antipersonal. «Es necesario brindar las garantías para que los campesinos y campesinas puedan estar en esos territorios, pues en esos lugares donde hubo confrontación quedaron los campos minados», dijo Hernández.
El impacto de las minas antipersonal en la vida cotidiana de los campesinos se hace aún más evidente cuando se considera que muchas familias se han visto obligadas a abandonar sus hogares debido a la violencia y la presencia de estos artefactos explosivos. Recientemente, cientos de familias desplazadas por las confrontaciones en los municipios de Briceño y El Bagre han mostrado temor al retorno debido a la persistente amenaza de las minas.
El panorama se complica aún más cuando se observa la dificultad de las autoridades para identificar las áreas con explosivos. A pesar de las solicitudes de información a los líderes comunitarios para llevar a cabo operaciones de desminado, estos se abstienen de compartir detalles debido al miedo a represalias por parte de los grupos armados ilegales.
Este lamentable suceso en Anorí pone en evidencia la grave situación de inseguridad en el Nordeste de Antioquia y la necesidad urgente de implementar acciones concretas para erradicar las minas antipersonal. Mientras tanto, las comunidades siguen viviendo bajo el constante temor de ser víctimas de estos artefactos explosivos, que siguen siendo una amenaza latente para la población civil y la fuerza pública en la región.




