Hoy en día, es muy común ver gente caminando con el celular en la mano, ya sea mirando la pantalla o simplemente teniéndolo a la vista “por si pasa algo”. Pero lo que parece un hábito inofensivo podría estar diciendo mucho más de lo que pensamos… especialmente si sos de los que no pueden despegarse del teléfono ni un segundo.
¿Por qué no podemos soltar el celu?
La psicología ya empezó a estudiar de cerca este comportamiento, y los resultados son alarmantes: usar el celular mientras caminás afecta tu atención, aumenta el riesgo de accidentes y, en muchos casos, está ligado a comportamientos adictivos. ¿Te cuesta caminar sin mirar el teléfono? Tranquilo, no sos el único.
Fenómenos como la nomofobia (el miedo a quedarse sin el celular) y el FOMO (“fear of missing out”, o miedo a perderse algo) están muy presentes entre adolescentes y jóvenes adultos. Y no es casualidad: las redes sociales nos entrenan para recibir información en ráfagas cortas, lo que impacta directamente en nuestra capacidad de concentrarnos y estar presentes.
Tu atención, en caída libre
Según un estudio publicado por la Asociación Americana de Psicología, nuestra capacidad de atención se redujo drásticamente: pasó de unos 2,5 minutos en 2004… ¡a solo 47 segundos hoy! O sea, ni un minuto podemos estar enfocados en algo sin que algo (o alguien) nos distraiga.
Y no es solo mental: físicamente también cambia cómo nos movemos. Una investigación de la Universidad de Chicago mostró que al escribir o hablar por celular mientras caminamos, reducimos nuestra velocidad entre un 13% y un 33%, y además desviamos el rumbo más del 60%. ¿Nunca te chocaste con alguien por ir mirando el celu? Exacto.
El miedo a quedarnos afuera
El FOMO nos hace pensar que, si no estamos conectados, nos vamos a perder de algo importante: un evento, una historia, una oportunidad, o simplemente una conversación en grupo. Según la licenciada Gabriela Martínez Castro, este miedo puede relacionarse con ansiedad generalizada y fobia social.
Y si te sentís incómodo o te da ansiedad quedarte sin batería, perder señal o dejar el celu en casa… puede que estés experimentando nomofobia. Esta dependencia no solo afecta tu mente, también puede generar síntomas físicos como taquicardia o sudoración.
Entonces… ¿qué podemos hacer?
No se trata de tirar el celular por la ventana ni volverse “anti-tecnología”. La clave está en usarlo con conciencia. Acá van algunos consejos prácticos para bajarle un poco el ritmo al uso del celu:
✅ Activá el modo «No molestar» cuando necesitás concentración.
✅ Silenciá notificaciones innecesarias (sí, incluso las de Insta y TikTok).
✅ Alejá el celular en reuniones o durante las comidas.
✅ No lo lleves al baño o a la cama (¡de verdad!).
✅ Poné horarios para entrar a redes, y respetalos.
✅ Practicá actividades sin pantalla: deporte, arte, lectura, salir con amigos.
✅ Reconocé cuándo lo estás usando por aburrimiento o ansiedad, y buscá alternativas.
¿Y vos, podés caminar sin el celu en la mano?
Ser conscientes del uso que le damos al celular es el primer paso para cambiar hábitos y cuidar nuestra salud mental. No se trata de dejarlo por completo, sino de volver a tener el control. Porque si el teléfono maneja tu vida… ¿quién la está viviendo por vos?




