El más reciente informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) revela una preocupante tendencia a la baja en las ventas del comercio minorista en Colombia durante abril de 2024. En comparación con el mismo mes del año anterior, las ventas registraron una disminución del 1,6%, reflejando así un entorno económico desafiante para este sector crucial.
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En detalle, la reducción en las ventas estuvo acompañada de un decremento del 0,6% en el personal ocupado dentro del comercio minorista, destacando una contracción en el empleo, especialmente entre el personal temporal directo (-9,7%) y contratado a través de empresas (-5,5%). Aunque hubo aumentos modestos en el personal permanente (+2,3%) y en los aprendices (+14,6%), estos incrementos no lograron compensar las pérdidas en otras categorías de empleo.
Durante el periodo de enero a abril de 2024, las ventas del comercio minorista acumularon una caída del 3,3%. Este descenso afectó predominantemente a sectores como vehículos automotores y motocicletas, así como prendas de vestir y textiles, que contribuyeron negativamente con -2,2 puntos porcentuales a la variación total.
La reducción en el nivel de empleo, particularmente en trabajos temporales, subraya un riesgo palpable para la estabilidad financiera de numerosos hogares colombianos.
Consumo interno
La contracción del consumo interno, exacerbada por la incertidumbre económica y el aumento en los costos de vida, amplifica los desafíos para los minoristas. Sectores clave como alimentos y textiles han experimentado una notable disminución en la demanda, reflejando un deterioro en el poder adquisitivo de los consumidores.
Ante este panorama, es crucial que las políticas económicas se enfoquen en revitalizar el sector minorista. Medidas que impulsen la confianza del consumidor, reduzcan barreras para el comercio y fomenten la inversión podrían ser fundamentales para estimular la recuperación. Además, es necesario fortalecer la protección del empleo y explorar estrategias para diversificar las fuentes de ingresos en el comercio minorista.
En conclusión, la reciente caída en las ventas del comercio minorista en Colombia no solo refleja un desafío sectorial, sino que también subraya la necesidad urgente de políticas económicas proactivas que mitiguen los efectos adversos y promuevan una recuperación sostenible y equitativa.
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