Cachorro de puma se rehúsa a dejar finca en Casanare

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Un puma cachorro, que llegó hace cinco meses a una finca en Trinidad, Casanare, ha cautivado a una familia campesina y ahora se niega a regresar a la selva, donde pertenece.

Un gatico que resultó ser un puma

Todo comenzó cuando don Julio, un campesino del sector, encontró a un pequeño gatico amarillo en uno de sus recorridos matutinos por la finca. Sin pensarlo, lo llevó a su casa y lo integró a su rutina diaria. Junto a su esposa e hijos, decidieron criarlo, alimentarlo y cuidarlo.

Con el tiempo, lo que parecía un inofensivo gato doméstico comenzó a crecer rápidamente, mostrando sus afiladas garras y colmillos. Fue entonces cuando la familia entendió que no se trataba de un gato común, sino de un puma cachorro, un animal salvaje cuya presencia implicaba riesgos.

La llamada a Corporinoquia y el intento de rescate

Preocupados por la seguridad de su familia y conscientes de que el puma no pertenece a un entorno doméstico, don Julio contactó a la Policía y a Corporinoquia, entidad encargada de proteger la fauna silvestre en la región.

Aunque los expertos lograron trasladarlo al Hogar de Paso de Fauna Silvestre, el felino parece no adaptarse a su nuevo entorno. Se resiste a dejar el lugar donde creció, que incluye como «amigos» a los perros, cerdos, gallinas, y los niños de la familia.

Un futuro incierto para el puma

En el hogar de paso, el puma debe pasar por un proceso de rehabilitación. Allí aprenderá a identificar presas, reconocer enemigos y, con suerte, formar una pareja que le permita reintegrarse a su hábitat natural.

Sin embargo, expertos de Corporinoquia advierten que las probabilidades de éxito son bajas. “Este tipo de animales, al haber estado tanto tiempo en contacto con humanos, pierden muchas de las habilidades necesarias para sobrevivir en libertad”, explicaron.

Una historia de cariño y reflexión

La relación entre el puma y la familia campesina deja un mensaje claro sobre la importancia de proteger la fauna silvestre. Aunque el vínculo emocional es fuerte, estos animales deben vivir en su hábitat natural para garantizar su bienestar y el equilibrio del ecosistema.

Por ahora, el pequeño «gatico» que llegó un día en busca de comida se enfrenta a un desafío mayor: encontrar su lugar en la selva, lejos de los amigos y cuidados de la familia que lo acogió.

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