Bombardeo en la selva deja 19 abatidos; los líderes ‘Yimi Martínez’ y ‘Pescado’ se fugaron del cerco

[responsivevoice_button voice="Spanish Latin American Male" buttontext="Escuchar Noticia"]
Compartir en

Estos son los dos cabecillas de las disidencias de ‘Iván Mordisco’ que se fugaron durante la operación militar en Guaviare

En medio de la ofensiva militar ordenada por el presidente Gustavo Petro contra las disidencias vinculadas a alias Iván Mordisco, las Fuerzas Militares informaron que, aunque la operación dejó decenas de bajas y material incautado, dos cabecillas lograron evadir el cerco y continúan en fuga. Las autoridades identificaron a los hombres como Jhon Wilmer Trochez, alias “Yimi Martínez”, y Luis Felipe Jiménez Ramírez, alias “Pescado” o “Héctor Aguilar”.

La intervención, que combinó acciones aéreas y terrestres en la vereda Itilla (zona rural de Calamar, Guaviare), forma parte del aumento de presión estatal contra las estructuras disidentes del antiguo bloque que comandó Mordisco. Según los reportes oficiales y la cobertura periodística, el operativo dejó al menos 19 presuntos integrantes de las disidencias abatidos, además de la recuperación de menores y la incautación de abundante material de guerra y explosivos. Las fuerzas públicas reportaron también capturas y rescates de personas que estaban bajo control del grupo.

Quiénes son los dos fugados y qué se les atribuye

Jhon Wilmer Trochez — alias “Yimi Martínez”
Las investigaciones y perfiles de inteligencia lo señalan como uno de los cabecillas de la subestructura conocida como Armando Ríos, dentro del entramado de disidencias vinculado a Mordisco. Trochez tiene un historial de al menos una década en estructuras insurgentes: empezó como miliciano en el Cauca y escaló hasta ejercer cargos de mando y entrenamiento (manejo de explosivos, francotirador e instrucción en centros de adiestramiento). Está vinculado a procesos por delitos como terrorismo, homicidio y concierto para delinquir ante la Fiscalía.

Luis Felipe Jiménez Ramírez — alias “Pescado” / “Héctor Aguilar”
Identificado como cabecilla principal de la subestructura Martín Villa, Jiménez es señalado como coordinador de redes de milicias y de actividades relacionadas con el narcotráfico y la extorsión en la región (Meta–Guaviare–Arauca). Contra él pesa una orden de captura por concierto para delinquir; su experiencia y conocimiento de las rutas selváticas habrían facilitado su escape durante el operativo.

Desarrollo de la operación y repercusiones inmediatas

Fuentes oficiales describen una operación planificada con inserciones terrestres y apoyo aéreo para cercar campamentos donde operaban las estructuras del Estado Mayor Central afines a Mordisco. En el lugar, además de bajas en el bando disidente, las autoridades incautaron armas largas y munición, explosivos y material de intendencia que, según los reportes, evidencian la capacidad logística del grupo para montar ataques y colocar artefactos contra la fuerza pública. La acción también permitió la recuperación de menores que estaban al servicio de las estructuras armadas.

El presidente Petro se ha pronunciado en varias ocasiones a favor de una presión militar más decidida contra las disidencias, argumentando vínculos entre esas estructuras y economías criminales como el narcotráfico; esta operación es parte de ese viraje estratégico, según la Casa de Nariño y fuentes periodísticas. Los resultados han sido recibidos con preocupación por sectores que piden garantías para pobladores y por organizaciones de derechos humanos, que exigen transparencia en las investigaciones y respeto por el debido proceso.

Qué significa la fuga de los cabecillas

La evasión de “Yimi Martínez” y “Pescado” tiene implicaciones tácticas y simbólicas. Tácticamente, permite a la estructura disidente mantener nudos de mando y logística —al menos temporalmente—, lo que puede traducirse en reconfiguraciones de rutas de narcotráfico, órdenes de retaliación o desplazamientos forzados de población. En lo simbólico, la fuga demuestra las dificultades operativas que enfrentan las Fuerzas en terreno selvático para garantizar detenciones selectivas aun cuando logran impactos significativos contra las estructuras enemigas. Analistas consultados por la prensa señalan que el éxito o fracaso del seguimiento a estos cabecillas dependerá de la inteligencia interinstitucional y, eventualmente, del apoyo internacional en rastreo y vigilancia.

Estado actual y pasos a seguir

La Fiscalía y el Ejército mantienen abiertas las pesquisas e intensificaron los operativos de inteligencia en la región para tratar de ubicar a los dos fugados y a los remanentes de sus estructuras. Las autoridades ofrecieron recompensas y llamaron a la comunidad a denunciar movimientos sospechosos, mientras que organismos de control y veedores sociales solicitan garantías para las comunidades afectadas y rutas seguras para la atención humanitaria. La situación en Guaviare seguirá siendo un foco relevante en la agenda de seguridad nacional en las próximas semanas.


Compartir en

Te Puede Interesar