Bukele propone canje humanitario a Maduro: repatriación de migrantes por presos políticos; Caracas rechaza la oferta
San Salvador / Caracas – 24 de abril de 2025
Una inesperada propuesta diplomática agitó el panorama político regional este jueves, luego de que el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ofreciera públicamente al gobierno de Nicolás Maduro un canje humanitario: repatriar a 252 migrantes venezolanos deportados recientemente desde Estados Unidos, a cambio de la liberación de 252 presos políticos detenidos en Venezuela.
El anuncio fue realizado por Bukele a través de sus redes sociales y confirmado más tarde por voceros de Casa Presidencial. “Estamos dispuestos a colaborar con la repatriación digna de estos ciudadanos venezolanos, siempre que se permita la liberación de igual número de personas injustamente encarceladas por razones políticas en Venezuela”, expresó el mandatario salvadoreño.
La reacción del gobierno venezolano no se hizo esperar. A través de un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, Caracas rechazó categóricamente la propuesta, calificándola como una “maniobra injerencista” y un “acto de propaganda sin fundamento diplomático”.“Venezuela no acepta condiciones externas sobre sus asuntos internos, mucho menos bajo el disfraz de supuestos intercambios humanitarios”, señala el documento.
La propuesta de Bukele se produce en medio del creciente flujo de migrantes venezolanos en la región, muchos de los cuales han sido deportados en operativos masivos desde la frontera sur de EE. UU. El presidente salvadoreño ha reiterado su postura crítica frente a regímenes autoritarios y ha manifestado en diversas ocasiones su respaldo a causas de derechos humanos en América Latina.
Organismos internacionales y sectores de la oposición venezolana han valorado el gesto de Bukele como “valiente” y “necesario”, mientras que el oficialismo lo ha acusado de utilizar el tema con fines políticos.
Hasta el momento, no se ha confirmado si la administración de Joe Biden tuvo algún rol en la propuesta, aunque altos funcionarios estadounidenses han expresado previamente su preocupación por la situación de los presos políticos en Venezuela.
Analistas advierten que, aunque poco probable, un acuerdo de este tipo marcaría un precedente inédito en la diplomacia regional, combinando temas migratorios con exigencias de libertades civiles.
