
A lo largo de días, las milicias del sudeste de Sudán mataron a personas sin protección. El Ejército regular también se comporta de manera brutal. Y no existe la expectativa de llegar a un alto al fuego en un futuro próximo.
A lo largo de días, el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR, por sus siglas en inglés RSF) efectuó ataques a diversas zonas de la provincia de Al Jazira, situada en el sureste de Sudán.
Finalmente, de acuerdo con diversos medios, al menos 120 personas perdieron la vida, mientras que otras fuentes mencionan cientos de fallecimientos de civiles. Además, se registraron múltiples heridas y, de acuerdo con la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), se desplazaron más de 47.000 individuos. Un reporte de especialistas de la ONU discute posibles delitos bélicos.
La masacre incrementa la lista de la crudeza de un conflicto que comenzó en abril de 2023 y en el que, hasta el momento, han fallecido casi 25.000 individuos. El conflicto se desató cuando el general Mohammed Hamdan Dagalo (también llamado Hemeti), líder de las RSF, se resistió a ceder sus fuerzas al Ejército regular (Fuerzas Armadas de Sudamérica, SAF), bajo la dirección del general Abdelfatah al Burhan. Se considera que la condición humanitaria en la nación es catastrófica.
La masacre estuvo marcada por conflictos entre los líderes de las RSF. De acuerdo con fuentes locales, el 20 de octubre, Abu Aqla Kikl, un líder de las RSF imputado por múltiples delitos bélicos, cambió de posición: él y sus fuerzas abandonaron al SAF. Entonces, las RSF iniciaron una campaña de revancha a gran magnitud. De acuerdo con los observadores, esto no solo se enfocaba en los desertores, sino también y principalmente en los civiles que residían bajo su control.
De acuerdo con un informe de la organización no gubernamental sudanesa Fikra for Studies and Development, la retribución se enfocó inicialmente en los residentes del sector oriental de la provincia, lugar del origen del Kikl mismo. Las RSF recorrieron la zona durante varios días. «Maten a un joven Kikl antes de que se desarrolle», se rumorea que las milicias lo gritaron, entre otras cosas. A su parecer, los habitantes son vistos como «traidores».




