Estas palabras vinieron a la mente de Julius Robert Oppenheimer, el director del «Proyecto Manhattan», tras el estallido de la primera bomba atómica de la historia en 1945, de acuerdo con la biografía de Abraham Pais.
Fue un ensayo, bautizado «Trinity», pero apenas un mes después vendría el primer uso militar de estas armas: el bombardeo de Hiroshima y Nagasaki, que dejó más de 100.000 muertos casi en un instante, y abrió las puertas a un mundo completamente nuevo.
La vida de Oppenheimer, a veces llamado «el padre de la bomba atómica», será retratada en la nueva película del director Christopher Nolan, que se estrena el 21 de julio.
¿Pero cómo se inició toda esta historia y cuál fue exactamente el rol de Oppenheimer?

El 19 diciembre de 1938 dos químicos alemanes, Otto Hahn y Fritz Strassmann, hicieron uno de los descubrimientos más disruptivos y categóricos de la historia, y la prueba de ello quedaría marcada entre las cenizas de Hiroshima y Nagasaki.
En su laboratorio en Berlín, Hahn y Strassmann se encontraban en medio de un experimento: bombardeaban núcleos de uranio con neutrones, en el marco del incipiente campo de la física nuclear, cuando lograron partir un átomo en dos partes iguales, liberando energía y otros elementos —como el bario— en el proceso.
Los físicos Lise Meitner y Otto Frisch, quienes mantenían contacto con Hahn y Strassmann, analizaron estos datos y le pusieron en 1939 un nombre al fenómeno: fisión nuclear.
El descubrimiento sacudió a la comunidad científica en todo el mundo: la posibilidad de producir una reacción en cadena mediante la fisión nuclear del uranio, hasta entonces una postura teórica, se había convertido en realidad, y con ello la posibilidad de generar una explosión y una liberación de energía como nunca se había visto.
Desde el descubrimiento de la radioactividad en 1896 por parte de Henry Becquerel, pasando por los importantes hallazgos de Marie Curie, Niels Bohr, Enrico Fermi y tantos otros, nada había generado tanta excitación y preocupación —casi en partes en iguales– a medida que el mundo entraba en el conflicto bélico más grande y destructivo de su historia: la Segunda Guerra Mundial.



