Hace una semana violentos acabaron con la vida de Brayan Estiven Escobar Rivera, un joven deportista orgullo del municipio de El Cerrito, en el centro del Valle. Su dedicación y amor por el voleibol lo hicieron convertirse en una de las figuras de esta práctica en la localidad.
Y pese a que la muerte lo sorprendió en una de las calles del barrio Cabal Molina, sus allegados y amigos se han propuesto mantener vivo su legado, por eso desde el día de su sepelio han venido desarrollando una serie de homenajes.
Tal vez, el más significativo, tuvo lugar la noche del 27 de febrero horas después de su asesinato cuando sus compañeros y alumnos realizaron una velatón, en la que hicieron una ofrenda floral como símbolo de la tristeza de su partida. Dos días después, minutos antes de partir hacía las honras fúnebres, se hicieron presentes las canciones y las calles de honor, esta vez el epicentro fue el coliseo municipal Javier Grajales.
Allí, según sus amigos, era habitual verlo entrenar y enseñar a los que, como él, amaban el deporte. por eso, los que lo querían se unieron en un solo abrazo bajo el coro de la celebre canción ‘Amigo’, del brasileño Roberto Carlos.
Con estas acciones de amor y cariño, aún en las calles del pueblo se siente la impotencia por esta muerte y tal vez, en alguno que otro lugar, aún se hace algún tipo de homenaje esperando la claridad del asesinato del que nadie encuentra explicación.
Y pese a que la muerte lo sorprendió en una de las calles del barrio Cabal Molina, sus allegados y amigos se han propuesto mantener vivo su legado, por eso desde el día de su sepelio han venido desarrollando una serie de homenajes.
Tal vez, el más significativo, tuvo lugar la noche del 27 de febrero horas después de su asesinato cuando sus compañeros y alumnos realizaron una velatón, en la que hicieron una ofrenda floral como símbolo de la tristeza de su partida. Dos días después, minutos antes de partir hacía las honras fúnebres, se hicieron presentes las canciones y las calles de honor, esta vez el epicentro fue el coliseo municipal Javier Grajales.
Allí, según sus amigos, era habitual verlo entrenar y enseñar a los que, como él, amaban el deporte. por eso, los que lo querían se unieron en un solo abrazo bajo el coro de la celebre canción ‘Amigo’, del brasileño Roberto Carlos.
Con estas acciones de amor y cariño, aún en las calles del pueblo se siente la impotencia por esta muerte y tal vez, en alguno que otro lugar, aún se hace algún tipo de homenaje esperando la claridad del asesinato del que nadie encuentra explicación.
3




