Con su mezcla perfecta entre naturaleza, cultura y tradición, Boyacá se posiciona como uno de los destinos turísticos más buscados en Colombia. Este departamento andino ofrece desde la tranquilidad de sus pueblos coloniales hasta la aventura de sus rutas ecológicas, convirtiéndose en un paraíso para el turismo sostenible y rural.
Villa de Leyva, con sus calles empedradas y arquitectura colonial, sigue siendo el epicentro del turismo boyacense. Su Plaza Mayor, una de las más grandes de Sudamérica, es el punto de encuentro de viajeros que disfrutan de la gastronomía local, los museos y las ferias culturales.
A pocos kilómetros, en Ráquira, el color y la artesanía son protagonistas. Este pueblo es conocido como la “capital artesanal de Colombia” y ofrece talleres donde los visitantes pueden aprender técnicas tradicionales de cerámica.
Por su parte, Paipa atrae a quienes buscan descanso y bienestar gracias a sus aguas termales y su oferta hotelera. Además, el Pantano de Vargas y el Monumento a los Lanceros recuerdan la valentía de los héroes de la Independencia, un atractivo para el turismo histórico y cultural.
La Laguna de Tota, la más grande del país, y los páramos de Pisba y Ocetá completan la oferta natural de Boyacá. Son espacios ideales para el ecoturismo, el avistamiento de aves y las caminatas en medio de la biodiversidad andina.
“Boyacá tiene todo para ofrecer una experiencia turística completa: historia, naturaleza, gastronomía y calidez humana”, afirmó María Fernanda Rojas, representante de la Secretaría de Turismo Departamental.
El gobierno departamental impulsa actualmente estrategias de turismo sostenible y comunitario, buscando fortalecer las economías locales sin afectar los ecosistemas.
Con su aire puro, sus sabores típicos como la mazorca asada y la arepa boyacense, y su gente amable, Boyacá sigue consolidándose como un destino imperdible para quienes buscan conectar con lo auténtico de Colombia.
