Bombas con metralla causan mucho daño irreparable

bombas con metralla
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La metralla es un conjunto de fragmentos metálicos que se dispersan violentamente cuando explota una bomba, granada o proyectil. Su funcionamiento se basa en la fuerza expansiva de los gases generados por la detonación, que rompen la carcasa del artefacto en múltiples pedazos a gran velocidad. Estos fragmentos se convierten en proyectiles secundarios que pueden recorrer decenas o incluso cientos de metros dependiendo de la potencia del explosivo y del material empleado en el contenedor.

El objetivo de la metralla es causar el mayor daño posible en un área amplia. A diferencia de una explosión pura que se centra en el impacto y la onda expansiva, los fragmentos metálicos mantienen su energía cinética al ser lanzados en todas direcciones. De esta forma, se multiplican las posibilidades de alcanzar a personas, animales, vehículos o estructuras cercanas, convirtiéndose en un mecanismo letal tanto en zonas de combate como en espacios civiles.

Los daños físicos que produce la metralla en el cuerpo humano son severos y muy variados. Puede perforar la piel y penetrar órganos vitales, generar hemorragias internas, fracturas óseas o amputaciones traumáticas. Además, los fragmentos suelen ser irregulares, lo que aumenta la dificultad para extraerlos durante una intervención médica y eleva el riesgo de infecciones o secuelas permanentes.

En el ámbito estructural, la metralla también genera estragos. Al impactar contra paredes, vehículos o infraestructuras ligeras, los fragmentos pueden perforar materiales, destruir vidrios y causar incendios si alcanzan instalaciones eléctricas o depósitos de combustible. Estos efectos indirectos suelen amplificar el alcance de la destrucción más allá del área inmediata de la explosión.

Finalmente, el impacto de la metralla no se limita a lo físico, sino también a lo psicológico y social. Quienes sobreviven a un ataque de este tipo pueden quedar con traumas emocionales profundos, miedo constante o estrés postraumático. Además, en contextos de conflicto, el uso de bombas con metralla genera terror en la población civil y dificulta la recuperación de comunidades enteras. Por estas razones, su utilización ha sido objeto de debate en el derecho internacional humanitario debido a los daños indiscriminados que provoca.


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