En una de las operaciones más impactantes de los últimos años en territorio sirio, un ataque aéreo atribuido a Israel destruyó por completo el edificio del Ministerio de Defensa en el corazón de Damasco. El bombardeo ocurrió en horas de la madrugada y tomó por sorpresa tanto a las autoridades sirias como a la población civil.
Fuentes oficiales confirmaron que varias personas murieron y otras resultaron heridas, aunque no se ha revelado un balance definitivo. Las imágenes difundidas por medios locales muestran una zona completamente devastada, con columnas de humo, estructuras colapsadas y equipos de rescate trabajando entre los escombros.
El gobierno de Siria calificó el ataque como una “agresión flagrante” y aseguró que responderá en el momento y forma que considere apropiados. Por su parte, Israel no se ha pronunciado oficialmente, aunque altos mandos de defensa han insistido en que su país no permitirá que Irán ni sus aliados fortalezcan posiciones militares en suelo sirio.
Este nuevo episodio intensifica el ya complejo tablero geopolítico en la región, donde convergen intereses de potencias como Rusia, Irán, Estados Unidos e Israel, en medio de un conflicto que lleva más de una década y que parece lejos de terminar.
