Bogotá y Cundinamarca, conocidos por su vibrante vida urbana y su rica historia cultural, albergan también algunos de los tesoros naturales más sorprendentes y menos conocidos de Colombia. Estos lugares, escondidos entre montañas y valles, son destinos perfectos para los amantes de la naturaleza que buscan escapar del bullicio de la ciudad.
Chingaza, un paraíso de biodiversidad Uno de los secretos mejor guardados es el Parque Nacional Natural Chingaza, ubicado a solo dos horas de la capital. Este vasto territorio de páramos y bosques andinos alberga una biodiversidad única, siendo hogar del majestuoso cóndor de los Andes, el oso de anteojos y decenas de especies de flora y fauna endémicas. Los senderos de Chingaza permiten a los visitantes adentrarse en la niebla que cubre sus montañas, caminando entre frailejones que parecen salidos de otro mundo.
Cascada La Chorrera: Un espectáculo natural A pocos kilómetros de Bogotá, en el municipio de Choachí, se encuentra La Chorrera, la cascada más alta de Colombia, con una caída de más de 590 metros. Este impresionante salto de agua es uno de los puntos turísticos menos visitados a pesar de su espectacularidad. La caminata hacia la cascada ofrece paisajes de ensueño y una conexión profunda con la naturaleza.
Otros lugares
Laguna de Guatavita: Leyenda y belleza La famosa Laguna de Guatavita, a una hora y media de Bogotá, es otro de los tesoros naturales que combina historia, leyenda y naturaleza. Esta laguna, asociada con la leyenda de El Dorado, está rodeada de un impresionante paisaje montañoso. Aunque es un destino más conocido, la tranquilidad que se respira en este lugar lo convierte en un refugio natural donde los visitantes pueden desconectar y maravillarse con las historias de antiguas civilizaciones.
El Desierto de Sabrinsky: Un paisaje inesperado A unas dos horas de Bogotá, en el municipio de Nemocón, se encuentra el Desierto de Sabrinsky, un lugar que desafía las expectativas sobre el clima y los paisajes de la región. Este pequeño desierto, formado por arena blanca y fina, es perfecto para quienes buscan una experiencia diferente y desean sentir la inmensidad del espacio abierto en un entorno poco convencional.
Río Bogotá: Un renacer en el Salto del Tequendama El emblemático Río Bogotá, conocido por la contaminación que lo ha afectado durante décadas, esconde aún uno de los tesoros naturales más impresionantes de Cundinamarca: el Salto del Tequendama. Esta majestuosa cascada, de más de 150 metros de altura, ha sido objeto de proyectos de recuperación ecológica, y poco a poco está renaciendo como un destino turístico de gran interés histórico y natural.




