Blue y Martín, la historia de los delfines que recolectan basura en Santa Marta

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Santa Marta, Colombia – En las aguas cristalinas del Parque Nacional Natural Tayrona, una historia insólita y esperanzadora ha capturado la atención de locales y turistas: Blue y Martín, dos delfines nariz de botella, se han convertido en los inesperados aliados de la conservación marina al ayudar a recolectar basura del océano.

Este inusual comportamiento fue observado por primera vez por biólogos marinos del Instituto de Investigaciones Marinas de Santa Marta (INVEMAR), quienes han seguido de cerca la rutina de estos dos cetáceos desde principios de este año. Según los expertos, Blue y Martín comenzaron a interactuar con los residuos flotantes tras una serie de ejercicios de enriquecimiento ambiental realizados por investigadores en colaboración con un centro de conservación marina de la zona.

“Empezamos a notar que, durante nuestras salidas de monitoreo, estos dos delfines recogían botellas plásticas, bolsas e incluso redes pequeñas, y las llevaban cerca de nuestras embarcaciones”, explicó Laura Mejía, bióloga marina y coordinadora del proyecto de conservación. “Al principio pensamos que era coincidencia, pero lo han hecho repetidamente durante los últimos meses.”

Lo que inicialmente fue una conducta estimulada durante sesiones de entrenamiento para mejorar la salud cognitiva de los animales, terminó convirtiéndose en una actividad habitual para Blue y Martín. Los investigadores recalcan que los delfines no están siendo obligados a realizar esta tarea, y que su participación es voluntaria y recompensada solo en algunos casos con alimento o juegos.

El fenómeno ha generado tanto interés que se ha convertido en un símbolo local de concienciación ambiental. Las autoridades turísticas de Santa Marta incluso han lanzado una campaña titulada “Yo también recojo como Blue y Martín”, con el objetivo de promover el turismo responsable y reducir la contaminación plástica en las playas y aguas del Caribe colombiano.

Sin embargo, los expertos advierten que esta historia, aunque inspiradora, no debe ser vista como una solución al problema de fondo. “Es hermoso ver esta interacción, pero no podemos permitir que la fauna marina cargue con la responsabilidad de limpiar lo que los humanos contaminan”, afirmó Mejía.

Actualmente, se están realizando estudios más profundos para entender cómo esta conducta afecta a los delfines y si puede replicarse en otros entornos como parte de programas de educación y conservación.

Por ahora, Blue y Martín siguen nadando en las aguas de Santa Marta, recordándonos con cada botella que devuelven que la naturaleza aún confía en que podemos cambiar


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