Black River, la ciudad fantasma del Caribe
Black River, el histórico puerto del suroeste de Jamaica, quedó prácticamente destruido tras el paso del huracán Melissa, el más poderoso jamás registrado en la isla.
Las calles están vacías. No hay electricidad, ni comunicaciones, ni alimentos. La mayoría de los habitantes abandonaron la ciudad, dejando atrás un paisaje de ruinas y silencio.
Los pocos que permanecen intentan sobrevivir pescando entre los escombros. “Estoy pescando porque tengo hambre y no hay comida en casa”, contó Demore Adams, residente local.
Supervivencia entre ruinas y silencio
A orillas del río Black River, algunos hombres lanzan hilos de pescar al mar. La pesca improvisada es hoy su única fuente de alimento.
“Desde el huracán Melissa, lo perdimos todo”, lamentó Andre Maxam, un agricultor cuya granja quedó destruida. “No tenemos agua ni cosechas. Solo podemos buscar comida o pescado”.
El Ministerio de Agricultura informó que el ciclón arrasó el 90 % de los cultivos de banano y plátano, además de hortalizas y árboles frutales.
Las autoridades estiman 45 muertos y 15 desaparecidos, con pérdidas económicas de entre 6,000 y 7,000 millones de dólares.
Sin ayuda y sin esperanza oficial
En las calles, solo quedan policías y el olor a podredumbre. Los comercios se desmoronan y los escombros cubren las avenidas cercanas a la costa.
“La ayuda no llega”, denuncia Adams. “No podemos depender del Gobierno. Tenemos que ayudarnos nosotros mismos para sobrevivir”.
Según los vecinos, solo organizaciones privadas y voluntarios han entregado alimentos y agua. El Gobierno, dicen, permanece ausente.
Frente a la antigua iglesia anglicana, reducida a polvo, los pocos sobrevivientes rescatan madera y materiales para reconstruir lo poco que queda.
“La vida no volverá a ser la misma”
“Estamos tratando de sobrevivir. Si tenemos vida, aún podemos tener esperanza”, dice Adams, mientras lanza su línea al mar sin éxito.
Black River, símbolo histórico del comercio marítimo en Jamaica, hoy es una ciudad fantasma, víctima del huracán Melissa, que transformó el Caribe en un escenario de devastación.
