Con solo seis años, la angelical Beth Thomas envió escalofríos a los televidentes cuando contó su plan para matar a sus padres.
La entonces niña parecía tranquila y mesurada cuando compartió su intención de apuñalar a su hermano y a sus padres adoptivos mientras dormían.
En 1992, cuando se emitió el documental Child of Rage, estaba claramente dañada después de una dura infancia.
Sin embargo, ahora, 30 años después, está irreconocible, parece feliz e incluso inspiradora en su vida y carrera después de una transformación increíble.
El documental Child of Rage hizo que la visualización fuera incómoda, ya que presentaba imágenes impactantes de Beth diciéndole a su psiquiatra que quería matar a sus padres adoptivos y a su hermano en la oscuridad de la noche.
Incluía imágenes de Beth describiendo, en detalle y sin emoción, el abuso que había experimentado y que posteriormente había infligido a otros.
Esto incluyó clavar alfileres a su hermano y abusar sexualmente de él, matar pajaritos, torturar al perro de la familia y, quizás lo más escalofriante, sus planes de apuñalar a sus padres mientras dormían.
En un incidente, su hermano Jonathan resultó gravemente herido después de que Beth le golpeara repetidamente la cabeza contra un piso de concreto en un intento por matarlo.
El documental contó cómo sus padres adoptivos, Tim y Julie, tuvieron que encerrar a Beth en su habitación por la noche para evitar que los matara a puñaladas.
Pero cuando se revelaron los detalles de los antecedentes de Beth, su comportamiento psicópata comenzó a tener sentido.
En los primeros años de sus vidas, Beth y Jonathan sufrieron descuido severo y abuso sexual por parte de sus padres biológicos.
Fueron cuidados y adoptados por Tim y Julie.
Beth fue diagnosticada con “trastorno de apego reactivo” (RAD, por sus siglas en inglés), una condición rara pero grave en la que los niños pequeños no logran establecer vínculos saludables con los padres o cuidadores debido al abuso extremo.
RAD es un diagnóstico común en niños que han sido adoptados. Sus nuevos padres a menudo luchan para hacer frente a los arrebatos violentos dirigidos a ellos y a las mascotas de la familia, así como al comportamiento destructivo y las autolesiones, todo desencadenado por sus primeros comienzos traumáticos.
Al principio, Beth vio a una serie de psiquiatras que lucharon para ayudarla a desarrollar empatía, pero todos fracasaron.
Fue solo cuando el terapeuta Connell Watkins se ofreció a probar una forma de terapia experimental y controvertida que su comportamiento cambió.
La terapia de «modificación conductual intensiva» de Connell implicó establecer restricciones extremas para Beth, que incluían hacer que pidiera permiso para todo y encerrarla en su habitación por la noche.
Pero funcionó y en un año Beth pudo volver a compartir una habitación, dejó de autolesionarse y mostró un verdadero remordimiento por la forma en que había tratado a su hermano.
Hoy, Beth es una terapeuta calificada, ahora trabaja como enfermera y ha coescrito un libro llamado Más que un hilo de esperanza con su segunda madre adoptiva.
La pareja ha creado una empresa en los EE. UU. llamada Families By Design que ayuda a otras familias a lidiar con un niño RAD.
Se jacta de que su mayor historia de éxito es la propia Beth, que «ya no es una niña de ira, sino una enfermera registrada galardonada y una oradora increíble».
Beth ahora está casada y vive en Arizona, pero se sabe poco más sobre su vida privada, o si tiene hijos propios.
