El Benfica se alista para un nuevo reto en la fase de grupos de la UEFA Champions League, cuando mañana reciba al Qarabag en el Estádio da Luz a partir de las 2:00 p.m. El conjunto portugués quiere aprovechar su localía y la jerarquía de su plantel para sumar tres puntos que lo acerquen a la clasificación.
Uno de los jugadores que despierta gran expectativa es Richard Ríos, quien ha venido ganando protagonismo en el mediocampo del equipo. Su despliegue físico, visión de juego y capacidad para conectar líneas se perfilan como un factor clave para romper la presión rival y darle equilibrio al once inicial.
En la zona defensiva, la experiencia de Nicolás Otamendi será fundamental. El capitán no solo aporta liderazgo, sino también la solidez que el equipo necesita para neutralizar las transiciones rápidas del Qarabag, un conjunto que suele apostar por el contraataque como principal recurso ofensivo.
El duelo también representa una oportunidad para que el Benfica afiance su estilo ofensivo, basado en la posesión y en la amplitud por las bandas. El papel de Ríos en la recuperación y de Otamendi en la salida limpia desde atrás podrían ser determinantes para mantener la paciencia necesaria y abrir espacios frente a un rival que seguramente se replegará con muchos hombres.
El Qarabag, por su parte, llega con la intención de incomodar y sorprender, consciente de que cada punto en esta competición es oro. Su disciplina táctica y su intensidad en los duelos individuales podrían poner a prueba la concentración del cuadro portugués, que deberá evitar errores en zonas comprometidas.
Todo está preparado para una noche europea en Lisboa, donde el Benfica confía en el peso de sus figuras y en la fortaleza de su estadio. Richard Ríos y Nicolás Otamendi encarnan la mezcla de juventud y experiencia que el club necesita para seguir soñando con una campaña destacada en esta Champions.
