Un Año Más de Oscuridad
La ciudad de Belén, conocida mundialmente como el lugar de nacimiento de Jesús, enfrenta su segunda Navidad consecutiva en medio de la desolación causada por la guerra en Gaza. La plaza del Pesebre, que solía brillar con luces y decoraciones navideñas, ahora presenta una imagen sombría y apagada. La guerra entre Israel y Hamás ha dejado una huella profunda en esta ciudad, afectando no solo su economía, sino también el espíritu de sus habitantes.
Impacto en la Comunidad
La guerra ha tenido un impacto devastador en la vida cotidiana de los residentes de Belén. Las calles, que antes estaban llenas de turistas y peregrinos, ahora están casi vacías. Los negocios locales, que dependían del turismo, han cerrado sus puertas, y muchos residentes han tenido que abandonar la ciudad en busca de seguridad y oportunidades en otros lugares. La falta de turistas ha golpeado duramente la economía local, dejando a muchas familias sin ingresos.
La Iglesia de la Natividad en Silencio
La Basílica de la Natividad, uno de los sitios más sagrados del cristianismo, también refleja la tristeza de la situación actual. Menos de diez personas, incluyendo curas, vigilantes y personal de limpieza, caminan por sus pasillos. Antes de la guerra, miles de peregrinos visitaban la iglesia cada diciembre para celebrar la Navidad. Ahora, la ausencia de visitantes es un recordatorio constante de la crisis que enfrenta la región.
Testimonios de los Residentes
Los residentes de Belén expresan su tristeza y frustración ante la situación. Juman Zarena, una estudiante de psicoterapia de 19 años, recuerda con nostalgia las Navidades pasadas cuando la ciudad estaba llena de vida y alegría. «La Navidad, en el último año que se celebró, fue hermosa. Había mucha gente, pero este año no porque la ocupación no permite a la gente venir aquí. Es muy triste, te deprime y este año no hay árbol en diciembre», comenta Zarena.
Esperanza en Medio de la Desolación
A pesar de la difícil situación, algunos residentes mantienen la esperanza de que la paz y la normalidad regresen a Belén. El guía turístico Abalah Alí, padre de tres niños, camina cada mañana por la Plaza del Pesebre con la esperanza de encontrar algún turista. Aunque sus ingresos han disminuido drásticamente, Alí sigue creyendo en un futuro mejor para su ciudad y su familia.
Belén es un reflejo de la cruenta guerra en Gaza
La segunda Navidad apagada en Belén es un reflejo de la cruenta guerra en Gaza y su impacto en la vida de los palestinos. La ciudad, que solía ser un símbolo de esperanza y celebración, ahora enfrenta una realidad sombría. Sin embargo, la resiliencia y la esperanza de sus habitantes son un testimonio del espíritu humano que persiste incluso en los tiempos más oscuros. La comunidad de Belén espera con ansias el día en que puedan celebrar la Navidad con alegría y paz una vez más.
