La tragedia golpeó a una familia del municipio de La Playa de Belén, Norte de Santander, al enterarse de que el menor de la casa murió tras caer accidentalmente en una canica llena de gasolina.
Según Noticias Caracol, el hecho ocurrió en una casa donde se vende gasolina en pimpinas en medio de un descuido de sus representantes.
«Lo sacaron y le echaron agua. Duró como dos minutos respirando mal y luego respiró bien. Mi hermano me dice que lo llevaron al centro de salud, pero empeoró y lo mandaron a Ocaña, pero llegó sin signos vitales», afirmó la tía del pequeño.
El hecho está siendo investigado, por supuesto por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, para determinar las verdaderas causas del suceso.
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