Bayern Múnich dio una verdadera exhibición de poderío ofensivo en su visita al Pafos de Chipre, imponiéndose por un contundente 1-5 en la segunda jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones de la UEFA. El equipo bávaro no solo mostró contundencia de cara al arco, sino también una superioridad táctica que fue dirigida con solvencia por su entrenador, quien celebró el rendimiento colectivo y la intensidad mostrada durante todo el partido.
Desde el inicio, Bayern tomó el control absoluto de la pelota, algo que quedó reflejado en la estadística final: un 67% de posesión frente al 33% del cuadro local. El técnico bávaro planteó un juego de presión alta y circulación rápida, lo que permitió desarticular la resistencia chipriota muy pronto. Harry Kane fue la gran figura del encuentro con un doblete en los minutos 15 y 34, confirmando que atraviesa un momento excepcional.
El libreto táctico se completó con los aportes de Raphaël Guerreiro, que marcó al 20’, y de las nuevas incorporaciones ofensivas como Nicolás Jackson al 31’ y Michael Olise al 68’, quienes sellaron la goleada. La distribución de roles dentro del equipo fue un reflejo del trabajo minucioso desde el banquillo, donde el entrenador encontró la fórmula perfecta para combinar experiencia y dinamismo.
En cuanto a volumen ofensivo, los bávaros fueron implacables: 26 remates totales, de los cuales 15 fueron a portería, frente a apenas 6 intentos del Pafos. El dominio se tradujo también en la circulación del balón, con 717 pases completados y una precisión del 89%, lo que demuestra el control y la paciencia que caracterizó al conjunto alemán en los 90 minutos.
El Pafos, pese a la derrota, encontró un momento de ilusión con el gol de Mislav Oršić al 45’, pero fue un espejismo en un encuentro que tuvo claro dominador. El cuadro chipriota apenas registró un 75% de efectividad en sus 352 pases, lo que marcó una diferencia evidente frente a la capacidad de Bayern para sostener el ritmo y aprovechar los espacios.
El estratega alemán del Bayern destacó tras el partido la importancia de mantener la ambición incluso en un escenario en apariencia sencillo. Señaló que la clave estuvo en “respetar al rival y no bajar la intensidad”, una filosofía que se reflejó en el marcador abultado y en la disciplina táctica que exhibieron sus dirigidos.
Con esta victoria, Bayern no solo suma tres puntos vitales en su camino por avanzar en la Champions, sino que también envía un mensaje de autoridad a toda Europa. El DT sabe que su equipo tiene la capacidad de pelear por todo y, con actuaciones como esta, se reafirma como uno de los grandes candidatos al título continental.




