Revolución energética: el hormigón que almacena electricidad
Un equipo de científicos ha desarrollado una batería de hormigón capaz de multiplicar por diez la capacidad de almacenamiento energético. Este innovador material convierte estructuras como edificios y puentes en bancos pasivos de energía, abriendo una nueva era para la infraestructura sostenible.
Cómo funciona la batería de hormigón
La clave del avance está en un material de cemento con electrolitos integrados, que genera una nano red conductora en su interior.
Esta red permite almacenar y liberar electricidad de forma controlada, transformando el hormigón en una fuente activa de energía sin alterar su resistencia estructural.
El sistema funciona de manera similar a una batería recargable, pero con una ventaja monumental: puede integrarse directamente en la construcción, eliminando la necesidad de baterías externas o paneles adicionales.
Edificios y puentes como reservas energéticas
Imagina un rascacielos o un puente capaz de guardar energía solar o eólica durante el día y liberarla en horas de demanda.
Esta tecnología no solo mejora la eficiencia energética, sino que también reduce el impacto ambiental al aprovechar materiales comunes como el cemento, ahora convertidos en componentes inteligentes.
Además, su larga vida útil y bajo costo de producción hacen posible que se adopte a gran escala, integrándose en nuevas construcciones o en la modernización de infraestructuras existentes.
Un paso hacia ciudades autosuficientes
Con esta innovación, la ingeniería civil se une al sector energético para impulsar un futuro más sostenible.
Los expertos destacan que estas baterías de hormigón podrían revolucionar la gestión eléctrica urbana, ofreciendo autonomía energética a barrios enteros y contribuyendo a la reducción de emisiones globales.




