En medio de un encendido debate en la Comisión Quinta del Senado, el senador tolimense Miguel Barreto lanzó duras críticas contra la Superintendencia de Servicios Públicos y empresas como Celsia, responsables -según él- de tarifas abusivas en los servicios de energía y gas. “Nos están empobreciendo y nadie responde”, afirmó. Para Barreto, el sistema energético colombiano está secuestrado por un oligopolio que impone cobros impagables mientras entrega un servicio deficiente y plagado de fallas.
Los habitantes del Tolima son, una vez más, los grandes perjudicados. Apagones constantes, cortes hasta 12 veces al día y voltajes que dañan electrodomésticos son parte del día a día en municipios como El Espinal, Chaparral o Mariquita. Sin embargo, cuando se exigen respuestas, la Superintendencia simplemente responde: “todo está bien”. La desconexión entre los informes oficiales y la pesadilla que viven los usuarios refleja una institucionalidad que parece proteger a las grandes empresas y no al ciudadano de a pie.
Barreto también denunció que, mientras el país habla de energías limpias y transición energética, las mismas empresas dominantes frenan ese progreso. Y lo más grave: las empresas que dominan el mercado niegan permisos clave para proyectos solares o eólicos, impidiendo que Colombia avance hacia una energía más barata y sostenible. Como resultado de su intervención, se logró que el Superintendente de Servicios Públicos visite el Tolima para revisar la situación. Pero la pregunta queda en el aire: ¿vendrá a solucionar o a justificar el desastre?
