Catalina López, habitante y defensora del tradicional Bizcocho de Fortalecillas, intervino ayer en la sesión del Concejo de Neiva para exponer dos preocupaciones que afectan la vida diaria del corregimiento.
Bizcocho busca respaldo oficial López solicitó que el proyecto de acuerdo que reconoce y protege a los productores del Bizcocho de Fortalecillas avance rápidamente, pues este dulce es identidad cultural y sustento de decenas de familias. “Necesitamos que sea ley de la república antes de que desaparezca la tradición”, enfatizó.
Bares alteran la paz La segunda queja fue contundente: los bares ubicados sobre la vía principal mantienen el volumen de la música a niveles insoportables hasta altas horas de la madrugada. “Los fines de semana no se puede dormir; los niños no descansan, los enfermos tampoco. Hemos hablado con los dueños y no bajan el sonido”, denunció Catalina.
La lideresa pidió a la Alcaldía y a la Policía mayor control horario y de decibeles, recordando que Fortalecillas es zona residencial y rural, no sector de rumba. Los concejales se comprometieron a citar a Secretaría de Gobierno y comandantes para abordar el tema en el próximo periodo de sesiones.
