Baquero sacudió su gabinete

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En medio del más reciente Consejo de Gobierno celebrado en la Alcaldía de
Villavicencio, el alcalde Alexander Baquero protagonizó un fuerte llamado de atención a
dos de los miembros de su gabinete, a quienes acusó de falta de gestión y compromiso
con la actual administración municipal.

Hechos
Fuentes cercanas a la reunión confirmaron que uno de los señalados fue el secretario
de las TIC, Juan Carlos Aguilar, quien recibió un severo reproche por el manejo que
venía sosteniendo con los medios de comunicación de la ciudad. De acuerdo con la
información conocida, Aguilar no habría tolerado críticas ni publicaciones en contra del
mandatario, lo que generó incomodidades incluso en periodistas que hasta hace pocos
meses eran aliados de la administración. La actitud del funcionario fue calificada por
varios asistentes como un comportamiento que debilitaba los canales de interlocución y
que terminaba por afectar la imagen de la Alcaldía ante la opinión pública.

Cuestionamientos
El otro funcionario cuestionado fue el secretario de Competitividad, José Luis García
Acosta, recordado también en el escenario político por ser el exesposo de la
expresidenta de la Cámara de Representantes, Jennifer Arias. En su caso, Baquero
señaló con especial énfasis la baja ejecución de su cartera y la falta de resultados
frente a las metas de desarrollo económico planteadas para el primer año de gobierno.
Según trascendió, el mandatario no ocultó su molestia por la lentitud con que
avanzaban los proyectos de reactivación y fortalecimiento empresarial, un área que el
propio alcalde había catalogado como prioritaria en su plan de gobierno.

El llamado de atención se tornó más tenso cuando el alcalde advirtió de manera
categórica que, de no mejorar su desempeño, ambos secretarios podrían ser relevados
de sus cargos en las próximas semanas. Incluso, testigos de la sesión aseguraron que
uno de ellos fue reprendido de manera más enérgica luego de que, en medio de la
discusión, reaccionara con una sonrisa que fue interpretada por Baquero como una
burla a su autoridad.


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