La Plaza de Nariño, corazón de Pasto, se convirtió en un punto de esperanza y solidaridad gracias a la campaña de donación de sangre liderada por varios centros de salud de la ciudad. Bajo una carpa blanca, médicos, enfermeras y voluntarios recibieron a decenas de ciudadanos dispuestos a aportar su granito de arena para salvar vidas. Según cifras de la Cruz Roja, cada donante puede ayudar a salvar hasta tres personas que enfrentan emergencias médicas.
El equipo médico, encabezado por la enfermera Marcela Benavides, destacó que la sangre recolectada se destina a pacientes con cáncer, accidentados y personas que requieren cirugías urgentes. «Donar es un acto que no cuesta nada, pero que lo significa todo para quienes lo necesitan. La vida de un paciente puede depender de una sola decisión», afirmó Benavides mientras atendía a los primeros donantes de la mañana. Durante la jornada, los profesionales de salud no solo extrajeron sangre, sino que también brindaron información sobre los requisitos para ser donante, los beneficios de este acto altruista y el impacto positivo que puede tener en la comunidad. A pesar de que las donaciones disminuyeron durante la pandemia, la meta actual es recuperar y superar los niveles anteriores, asegurando reservas suficientes en los bancos de sangre de la ciudad.

