El mercado de las bicicletas eléctricas continúa creciendo con fuerza este año, impulsado por cambios en los hábitos de movilidad y el creciente interés por alternativas sostenibles para desplazarse en las ciudades. Cada vez más usuarios optan por este tipo de transporte, que combina eficiencia, economía y menor impacto ambiental.
Las principales marcas han reportado un aumento significativo en la demanda, especialmente en modelos diseñados para uso diario, entregas urbanas y trayectos largos. La mejora en la autonomía de las baterías, la reducción del peso de los cuadros y la integración de sistemas inteligentes —como asistencia automática y conectividad móvil— están atrayendo a nuevos públicos.
En varias ciudades se están habilitando más ciclorrutas, estaciones de carga y parqueaderos seguros para bicicletas eléctricas, lo que ha impulsado aún más su adopción. Los servicios de alquiler por minutos también están incrementando su flota eléctrica, facilitando que más personas prueben esta modalidad de transporte.
Expertos en movilidad destacan que la bicicleta eléctrica está ayudando a disminuir la congestión vial y a mejorar la calidad del aire, especialmente en zonas centrales. Además, se ha convertido en una opción atractiva para quienes buscan reducir gastos en combustible o evitar el transporte público en horas pico.
Los fabricantes ya trabajan en nuevas generaciones de motores más eficientes y baterías con mayor durabilidad, mientras que los usuarios muestran cada vez más interés por modelos plegables y de carga rápida. Todo indica que la movilidad eléctrica ligera seguirá consolidándose como una de las tendencias más fuertes en las grandes ciudades.




