Este 31 de marzo, la ciudad de Popayán conmemoró los 42 años del devastador terremoto de 1983 con un evento solemne en el Parque Francisco José de Caldas. La jornada reunió a autoridades locales, organismos de rescate, miembros de la Fuerza Pública y ciudadanos, quienes recordaron la tragedia que marcó a la capital del Cauca y resaltaron el espíritu de resiliencia de su gente.
Un homenaje a la historia y la reconstrucción
Durante la ceremonia, se presentó una placa conmemorativa donada por el Curso 31 Coronel «Juan José Rondón» de Suboficiales del Ejército Nacional de Colombia, en reconocimiento al esfuerzo realizado en la emergencia. La Fundación Amigos del Sabio Francisco José de Caldas – Fundacaldas también se sumó a este acto, destacando el impacto del sismo y el proceso de recuperación que siguió.
La Gobernadora del Cauca (e), Carolina Camargo, resaltó el significado de esta conmemoración:
«Esta ciudad, patrimonio cultural e histórico, no se dejó vencer por la tragedia. Se levantó de las cenizas y hoy es un referente universitario, cultural y administrativo con un liderazgo que ha dejado huella en el país».
Por su parte, el alcalde de Popayán, Juan Carlos Muñoz, expresó su gratitud a quienes contribuyeron a la reconstrucción de la ciudad:
«Popayán es resiliente y se muestra como una de las ciudades más hermosas de Colombia. Debemos preservar este patrimonio, que pertenece no solo a los payaneses, sino a toda la nación».
Reconocimiento a los héroes anónimos
La jornada también rindió homenaje a quienes arriesgaron sus vidas para salvar a otros. Fortunato Ramírez, sargento retirado y miembro del Curso 31, recordó con emoción la labor de aquellos que, en medio del caos, brindaron asistencia humanitaria:
«Tantos héroes que, en el anonimato, organizaron la ciudad, mitigaron la tragedia y brindaron esperanza. Su entrega nunca será olvidada».
El testimonio de los sobrevivientes
Entre los asistentes estuvo María Eugenia Ossa, quien perdió a su familia en el terremoto. Tras más de cuatro décadas, participó por primera vez en un evento conmemorativo en su ciudad natal:
«Hoy, después de 42 años, esta ceremonia es un símbolo de vida. En su momento fue un luto absoluto, pero recordar nos permite dar gracias y preservar la memoria histórica para las futuras generaciones».
Un legado de resiliencia y unidad
El evento concluyó con la inauguración de la placa conmemorativa, ubicada en la entrada principal de la Alcaldía de Popayán, como un símbolo de gratitud y reconocimiento a la ciudad y a quienes ayudaron en su recuperación. Este homenaje no solo recordó una tragedia, sino que reafirmó la fortaleza de un pueblo que supo sobreponerse y reconstruirse, dejando una lección de resistencia y unidad para las nuevas generaciones.
