El gobierno hizo un llamado a la población tras confirmarse la aparición del caracol gigante africano en zonas residenciales, lo que ha generado preocupación por los riesgos sanitarios y ambientales asociados. Esta especie, conocida por su carácter invasor, puede adaptarse a jardines, patios, lotes baldíos, cultivos y otros espacios con materia orgánica, lo que facilita su propagación en entornos urbanos y rurales.
Además de los daños que puede causar en cultivos y ecosistemas, este caracol representa una amenaza para la salud humana: puede ser portador de parásitos y bacterias peligrosas. El contagio puede ocurrir al tocar el animal o su baba, o por consumir alimentos (como frutas o verduras) que hayan estado en contacto con él sin la limpieza adecuada. Por ello, las autoridades advierten evitar manipularlo sin protección, no usarlo como mascota, ni desecharlo de forma común.
Como medidas preventivas, se recomienda no tocarlo —especialmente con las manos descubiertas—, usar guantes si debe manipularse, lavar muy bien frutas y verduras antes de consumirlas, y en caso de encontrar ejemplares, deposítelos en envases sellados y contacto con las autoridades sanitarias pertinentes.
El llamado insiste en la colaboración ciudadana como clave para evitar la propagación del caracol, proteger la salud pública y reducir su impacto en la agricultura y los ecosistemas.




